Cuando empecé en la escuela de enfermería, veneraba a las enfermeras mayores y con experiencia que representaban todo aquello a lo que aspirábamos. Recuerdo que miraba con gran admiración las letras DUE en sus tarjetas de identificación. ¡ESTA GENTE era auténtica! ¡Tenían la designación que yo quería desesperadamente tener algún día! ¡Se habían ganado el derecho de llevar El Gorro que yo todavía no me merecía!
Las DUE que supervisaban nuestras prácticas en planta sabían cosas. Cosas que no estaban en los libros de texto – como las señales de alarma iniciales que indican que un paciente va de mal en peor. Antes de las prácticas de enfermería había la investigación y los equipos de actuación rápida. Antes de eso había la reanimación cardíaca avanzada y todas sus variaciones. Sus afinados instintos, ganados a pulso, eran respetados por los médicos que habían tenido ocasión de experimentar las consecuencias de ignorar el “mal presentimiento” de una enfermera respecto a un paciente.
En los años siguientes a esos primeros trimestres en la escuela de enfermería, hemos visto unos cambios increíbles en nuestra profesión. Y durante todo el proceso, todas las que superamos la escuela e hicimos nuestras prácticas heredamos la intuición y las habilidades de las mujeres que fueron nuestro modelo a seguir. Es más, tenemos la ventaja de los grandes cambios que tuvieron lugar cuando las prácticas de enfermería empezaron finalmente a utilizar la investigación con base científica como base para los cuidados estándar.
Finalmente, NOSOTRAS éramos las que sabíamos cosas. ¡NOSOTRAS éramos la fuente de información! ¡NOSOTRAS nos habíamos ganado el derecho a llevar El Gorro y la designación de Enfermera Diplomada!
E incluso muchas de nosotras obtuvimos certificados nacionales en nuestras especializaciones y conseguimos roles más avanzados en las nuevas áreas de tratamiento que surgieron con los continuos avances de la tecnología.
¿POR QUÉ hay tantas enfermeras de más de 50 años que tienen tanta dificultad para encontrar trabajo en áreas donde tienen muchos años de experiencia?
No es porque hayamos olvidado nuestros conocimientos y dedicación al cuidado de los pacientes. Tampoco es debido a que ya no estemos, en la mayoría de los casos, capacitadas o no queramos hacer el trabajo.
En mi opinión, se debe simplemente a que somos demasiado valiosas. Lo que significa: ¡tenemos un coste demasiado elevado para contratarnos! Además, cuando una enfermera diplomada de más de 50, que tiene TODAS las cualificaciones (¡y muchas más!) para un puesto de trabajo, es rechazada en favor de una enfermera más joven e inexperta, solo puede significar una cosa: Discriminación por razón de EDAD.
Esto pasa en todo el país, incluso en zonas que no disponen de muchas DUE con experiencia. Los departamentos de RR. HH han desarrollado un sistema para ejercer esta práctica ilegal de no contratar a los candidatos basándose en la edad. Resulta mucho más ventajoso contratar a una recién diplomada por la mitad del coste de una enfermera experimentada. No importa que la atención al paciente se vea afectada — lo importante son “los resultados”. Una discriminación por motivos de edad es prácticamente imposible de probar a menos que algún valiente esté dispuesto a arriesgar su propio trabajo para testificar que esto es así.
¡Realmente es una lástima malgastar tanto talento y experiencia que está esperando y deseando ponerse El Gorro!
Las pioneras de una generación son olvidadas cuando su trabajo ha pasado a la doctrina aceptada y a la práctica de otra (Edward Cook, “Florence Nightingale”).