Incordio No. 2: Una Taquilla Sucia
Latas de refresco. Tazas de café. Surtido de papeles y de suministros médicos. Restos de comida. Todos hemos visto este tipo de cosas apiladas en la salas de personal y algunos deben pensar, ¿a quién le molesta esto?
La verdad es que esto puede molestar a la gente mucho más de lo que parece. Si tu taquilla está tan llena que tu porquería invade el espacio de otra enfermera, atrae moscas o pierdes o manchas documentos importantes, te ganarás la reputación de descuidada, inmadura e incompetente — ¡no es un buen trío de cualidades!— La limpieza es importante en un hospital y eso se aplica también a tu lugar de trabajo.
Incordio Nº3: Empleado Desaparecido en Combate
Mientras todos están ocupados situando a los pacientes, registrándolos u ocupándose de los familiares, a ti no se te encuentra por ninguna parte. O bien estás alargando la comida, haciendo uno de tus descansos o llamas para decir que no te encuentras bien (otra vez). Aunque nadie desea verte encadenada/o a tu puesto de trabajo, que tus pacientes estén mal atendidos y que los médicos estén desinformados te hace parecer un vago/a y obliga a las otras enfermeras a trabajar el doble.
Puede que pienses que eso no es asunto de nadie, pero en el trabajo todo es asunto de todos. La gente se compara continuamente con sus compañeros y con sus superiores y pueden llegar a sentir resentimiento hacia aquellas personas que no están dando la talla durante el turno. ¿Te estás preguntando si la gente nota con qué frecuencia sales fuera a hablar por teléfono o te marchas antes de tiempo? Deja de preguntártelo, la gente se da cuenta.