Incordio Nº 6: reenvíos frecuentes
De vez en cuando, un video gracioso o un enlace a una historia interesante pueden ser una buena distracción para el descanso. Sin embargo, todo tiene un límite. Si reenvías uno o más emails al día a varias personas del hospital sobre cosas que no están relacionadas con el trabajo, puedes estar volviendo loco a todo el mundo.
Un chorro inacabable de email con enlaces graciosos o (aún peor) solicitudes para donar a una causa u otra, puede que sean interesantes o importantes para ti, pero causan una mala impresión a otras enfermeras. Y, si alguna vez tienes la tentación de enviar a una enfermera un email que “no es apropiado para el trabajo”, no hagas clic en “enviar” bajo ninguna circunstancia.
Incordio Nº 7: quejas constantes
Las enfermeras necesitan de vez en cuando despotricar y el trabajo se llama “trabajo” por una razón. Pero, si pasas un tiempo excesivo aireando tus quejas sobre el hospital (o tu vida) a todo aquel que te encuentres, no vas a hacer que las cosas vayan mejor. Especialmente si afecta a los pacientes y a las leyes sobre privacidad. Evítalo.
Recuerda, el hecho de que la enfermera o el médico al que te estás quejando no digan nada, no significa que estén de acuerdo contigo. Seguramente están deseando que dejes de quejarte o que te marches ya del hospital.