Incordio Nº 10: bromistas
Al igual que las reuniones, las bromas en el hospital solo se toleran en pequeñas dosis. Haz más y acabaran siendo una molestia gigantesca. Y no está permitido involucrar a los pacientes. Incluso la gente con buen sentido del humor se cansa rápidamente si cada vez vuelven del baño se encuentran los historiales de los pacientes cambiados de carpeta o un ordenador que no funciona.
Hay un momento y un lugar para hacer bromas en un hospital. Lo mismo que para el resto de hábitos molestos.
En algunas ocasiones tendrás que hacer llamadas personales, hacer varios recados en una semana o convocar una o dos reuniones seguidas. Simplemente recuerda que si haces alguna de estas cosas habitualmente y no ves ningún problema en ello, puede que seas la persona más molesta del hospital.