1. La enfermería es una profesión para mujeres
Si alguna vez ha existido una profesión que debilite la masculinidad, esa ha sido la enfermería. La definición de enfermería es la de personas que cuidan de los enfermos y desvalidos. Y el rol de cuidar de los enfermos nunca se ha limitado a un solo género.
La historia cuenta que los grupos religiosos, los curas, las monjas y las niñeras desempeñaban las funciones de cuidadores. Sin embargo, el estereotipo tiene una parte de verdad: las enfermeras eran predominantemente mujeres en tiempos de guerra, cuando los hombres estaban apartados del mundo laboral. La Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial le dieron a la mujer en general la oportunidad de avanzar, siendo la enfermería uno de los trabajos disponibles mejor considerados socialmente.
De hecho, a finales del siglo XIX las enfermeras empezaron a organizarse, dejando a los hombres fuera. La Nurses Associated Alumnae de EE. UU y Canadá tuvo su primera reunión en 1898 y se convirtió en la American Nurses Association en 1917. No se permitió la entrada a los hombres hasta 1930. En 1901, la U.S. Army Nurse Corp. solo permitía la entrada de enfermeras y siguió así hasta la Guerra de Corea.
Sí, actualmente la mayoría de las enfermeras son mujeres. De hecho, las mujeres sobrepasan en número a los hombres en un ratio de 16 a 1, según un registro nacional americano. Pero el estereotipo de limitar la enfermería a una carrera de un solo género no beneficia a nadie. En 2004, los hombres representaban aproximadamente el 5,8 por ciento de los tres millones de enfermeras registradas en los EE. UU —y este porcentaje está previsto que siga creciendo.