A pesar de todos los avances tecnológicos, todavía pasamos mucho más tiempo registrando datos del que nos gustaría. Pero ¿qué pasaría si vieras las notas de enfermería como algo más que una simple tarea?
En lugar de verlo como algo que tienes que tachar de tu lista de cosas que debes hacer, ¿por qué no lo consideras como un sistema de comunicación esencial? Al fin y al cabo, ¿no era este el propósito original del registro de enfermería?
En esta serie de cuatro partes (¡baja hasta el final para ver el resto de los artículos!), el Dr. Brady y la enfermera Rebekah nos explican el secreto para registrar datos correctamente: se llama “conspirar.” Y conspirar con tus compañeros puede mejorar el cuidado del paciente, hacer felices a los doctores y mantenerte alejada de los juzgados.
Dr. Brady: No, no estoy pensando en escribir un libro llamado Conspiración en Urgencias. Los libros que escribo son sobre cómo hacer mejor tu trabajo. De hecho, cuando digo “conspirar” no me refiero a la primera definición del diccionario, que es la de unirse para ir contra alguien. Me refiero más a la definición que va ligada a la etimología del verbo, del latín conspirare, estar en armonía, conspirar de con = juntos + spirare = respirar. La definición es “actuar en armonía para conseguir un mismo fin”. Simplemente quiero que estemos en armonía y “respiremos juntos”.
En medicina, necesitamos conspirar o colaborar más. Cuando diferentes profesionales sanitarios actúan juntos en armonía, hay más posibilidades de que los pacientes estén satisfechos en lugar de confundidos—y si algo sale mal y acabamos todos en los juzgados, será menos probable que estemos ayudando al abogado del demandante.
¿Por qué estarían los pacientes más satisfechos? La razón es muy simple. Si todo el mundo le cuenta algo diferente al paciente, este no sabe en quién debe confiar y acaba confundido.
Aquí tenéis un ejemplo. Llega una paciente con tos y problemas respiratorios. La enfermera de Urgencias la examina y le dice a la paciente que probablemente se trate de un virus, pero necesita hacer una radiografía de tórax para confirmarlo. Después, llega el médico de Urgencias, examina a la paciente y le dice que probablemente se trate de un virus y no es necesario hacer una radiografía de tórax ni suministrar antibióticos.
Dos días después la paciente no ha mejorado y visita al médico nuevamente. Este le dice que tiene bronquitis, pero no es necesario hacer una radiografía y le hace una receta para antibióticos. Si el CI de esa paciente está en el percentil 5, probablemente entenderá que es normal tener diferencia de opiniones en determinadas circunstancias. Si es como el otro 95 por ciento de tus pacientes, se sentirá confundida y estará convencida de que dos de las tres personas que la han aconsejado eran unas incompetentes. Si todos hubieran actuado en armonía, la paciente estaría satisfecha y contenta mientras el virus sigue su curso y ella se recupera completamente.
Enfermera Rebekah: Muchos de nosotros deseamos llegar a ser expertos en algo. Algunas personas simplemente pretenden ser expertos en todo—lo cual sabemos que no es posible. Pero, la mayoría de la gente nos pasamos la vida perfeccionando nuestras habilidades, conocimientos y carreras. Seas una enfermera, un médico, un empleado de Starbucks o un electricista, en algún momento sabes más que otra gente que puede pertenecer o no a tu mismo campo y buscarán tu consejo. Por esa razón, porque la gente va a acudir a ti en busca de consejo, debes estar seguro de saber de lo que estás hablando—y, si NO sabes de lo que estás hablando, sigue el consejo de mi madre “mantén cerrado el agujero de tu tarta”.
Digo esto porque los pacientes buscan en nosotros consejo sobre su salud. Seguramente habrán tenido ya una primera cita con el Dr. Google, pero esperan tu opinión profesional. Cíñete a los hechos. Volviendo al ejemplo del Dr. Brady, yo diría, “Señora Smith, debido a su tos y a su fiebre voy a pedir una radiografía de tórax siguiendo nuestro protocolo para así acelerar su atención en la sala de urgencias. El médico le hará una revisión y le dirá lo que piensa.” Déjalo así. No afirmes que es un virus o una bacteria—porque a no ser que lleves un microscopio contigo, no podrás defender esa afirmación. Y el médico debería tener un poco de vista, mirar el historial clínico y no decir, “Oh, no necesito una radiografía de tórax… ¿Por qué la ha pedido esa estúpida enfermera?” No dividas al personal. Deja eso a los pacientes psiquiátricos y a los niños de cuatro años.
¿Empiezas a entender la idea? Solo di—y escribe—exactamente aquello que observas. Cualquier otra cosa es especulación y puede confundir y frustrar tanto al paciente como al personal.
Registro de enfermería básico
Parte 1: El secreto de registrar los datos correctamente
Parte 2: Una cosa que las enfermeras jamás deberían suponer cuando registran
Parte 3: Cómo evitar demandas con el registro de datos
Parte 4: Cómo escoger las palabras correctas cuando se está haciendo un informe