Un hombre completamente paralizado está aprendiendo a comunicarse otra vez, después de recibir un nuevo tratamiento de implante cerebral que le permite seleccionar entre una serie de opciones binarias al formar palabras y oraciones. Una vez que el hombre pudo comunicarse con el equipo de investigación, volvió a sus viejas costumbres y pidió una cerveza.

Hablar de nuevo

El hombre de 36 años sufre de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa progresiva que degrada las células nerviosas, lo que reduce la funcionalidad física. Los pacientes diagnosticados con esta afección por lo general solo tienen de dos a cinco años de vida, pero la nueva tecnología puede ayudarlos a comunicarse mediante los movimientos más pequeños. Por ejemplo, el famoso físico Stephen Hawking vivió otros 55 años después de su diagnóstico. Hacia el final de su vida, usó una máquina que le permitía comunicarse usando solo el músculo de su mejilla.

El hombre que aparece en el estudio titulado “Interfaz de ortografía usando señales intracorticales en un paciente completamente enclaustrado habilitado a través del entrenamiento de neurorretroalimentación auditiva”, publicado en la revista Nature Communications, ahora está pasando por una experiencia similar a medida que aprende a comunicarse utilizando implantes en su cerebro

Se considera que el hombre está completamente enclaustrado, lo que significa que ha perdido toda funcionalidad física debido a su condición, incluida la capacidad de mover los ojos.

Esta es la primera vez que esta tecnología se utiliza en un paciente paralizado completamente y no estaba claro si los implantes funcionarían, pero el hombre claramente está volviendo a ser el mismo de antes. Después de pedir una cerveza, le pidió al equipo de investigación que colocara música de la banda Tool “bien alto”, para poder escucharla.

Los investigadores del Centro Wyss de Bioingeniería y Neuroingeniería en Ginebra, Suiza, primero crearon la tecnología para que el hombre pudiera elegir entre una serie de opciones en la pantalla a través de sus ojos, pero tuvieron que volver a desarrollar el tratamiento después de que el paciente perdió el control de sus movimientos oculares en 2018.

Les tomó tres meses desarrollar un sistema para que el hombre pudiese utilizar los implantes para seleccionar entre una serie de preguntas de “sí” o “no” en una pantalla. El paciente necesitó varias semanas para formar sus primeras palabras, pero con los meses comenzó a componer decenas de oraciones.

Transcribiendo a una velocidad de alrededor de un carácter por minuto, ahora puede comunicarse libremente con quienes lo rodean.

Una de sus primeras peticiones fue que le levantaran la cabeza cuando hubiera invitados en la habitación. Las enfermeras cumplieron su pedido, cambiando la posición de su cuerpo.

También solicitó que se pusieran tipos especiales de sopa en sus tubos de alimentación, incluido gulash y sopa de guisantes dulces. “Para la comida quiero tener curry con patata, luego boloñesa y sopa de patata”, solicitó, según el estudio.

Incluso pudo interactuar con su hijo de cuatro años y su esposa, quienes lo visitaron en el hospital. “Amo a mi increíble hijo”, pronunció usando el dispositivo.

“La comunicación exitosa se ha demostrado previamente con interfaces cerebro-ordenador en personas con parálisis, pero, hasta donde sabemos, el nuestro es el primer estudio que logra la comunicación de alguien que no tiene movimiento voluntario remanente y, por lo tanto, para quien las interfaces cerebro-ordenador ahora constituyen el único medio de comunicación”, explicó el Dr. Jonas Zimmermann, neurocientífico principal del Centro Wyss.

“Este estudio responde a una pregunta de muchos años sobre si las personas con síndrome de enclaustramiento completo, que han perdido todo el control muscular voluntario, incluido el movimiento de los ojos o la boca, también pierden la capacidad de su cerebro para generar comandos para la comunicación”.

Los investigadores notaron que esta tecnología puede ser utilizada en el hogar del paciente después de recibir algunas lecciones introductorias de remotamente, a través de su computadora.

“Este es un paso importante para las personas que viven con esclerosis lateral amiotrófica que reciben atención fuera del entorno hospitalario”, dijo George Kouvas, director de tecnología del Centro Wyss. “Esta tecnología, que beneficia a un paciente y su familia en su propio entorno, es un gran ejemplo de cómo los avances tecnológicos en el campo de las interfaces cerebro-ordenador se pueden emplear para crear un impacto directo”.

El grupo ahora está recaudando dinero para producir más dispositivos que puedan ser empleados para ayudar a los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica a comunicarse, sin embargo, esta tecnología tiene un precio de 500.000 $ por los dos primeros años de atención. Los investigadores del Centro Wyss deberán realizar más ensayos para garantizar que sea seguro y efectivo.

“Esta tecnología es experimental, nuestra misión es desarrollarla aún más y mejorar la vida de las personas con parálisis”, agregó Zimmerman.

La causa de la esclerosis lateral amiotrófica sigue siendo desconocida y hasta el momento no existe una cura. No está claro cuántas personas viven con la afección; sin embargo, los CDC informan que alrededor de 12.000 a 15.000 personas en los Estados Unidos tienen ELA, y cada año los médicos les informan a unas 5.000 nuevas personas que la tienen.

Esta tecnología está dando a los pacientes la esperanza de un mañana mejor.