¿Sabes cuando un paciente o un familiar dice algo que ya has oído cientos de veces? ¿Sabes esas cosas que creen que son graciosas? ¿Sabes todo eso que te gustaría poder contestar?
Yo sí y he recopilado algunas de esas cosas aquí.
Ellos (mientras me preparo para hacer algo tan rutinario como un intravenoso): “¿Has hecho eso alguna vez?”
Yo (alegremente): “¡No!”
Ellos (un familiar o un visitante): “¡Eh, enfermera! ¡Dame un poco de ese analgésico!”
Yo: “Claro cariño. Tan pronto como me haya tomado yo mi dosis”.
Ellos (normalmente lo dice un paciente anciano posiblemente con demencia): “¿Verdad que el doctor tal y tal es guapo?”
Yo: “¿Cuándo?”
Ellos (acerca de algo que es bastante común o ni siquiera muy grave): “Mi médico ha dicho que este es el peor caso de “lo que sea” que ha visto”.
Yo: “Eso es terrible. Sabías que tu médico perdió un paciente la semana pasada de un caso leve de “lo que sea”.”
Ellos: “El Sr. Fulanito, un destacado benefactor de este hospital, es un buen amigo mío”.
Yo (sin entonación): “Muy bien”.
Ellos (mientras juegan a Candy Crush y comen Cheetos): “Mi dolor es de 12 sobre 10”.
Yo (compasivamente): “Vaya, no puedo hacer nada para aliviar un dolor de 12 sobre 10. Mis medicamentos solo funcionan para un 10 de 10”.
Ellos: “Las enfermeras disfrutáis haciéndole daño a la gente”.
Yo: “Y lo que es aun mejor, ¡nos pagan por ello!”
Ellos: “¡No estás haciendo bien esto (un procedimiento común y sencillo)! ¡No está bien!”
Yo (haciéndolo correctamente): “¡No sabía que también eras enfermera! ¿Dónde estudiaste?”
Ellos (un paciente con obesidad mórbida y múltiples amputaciones, con un A1C de 12): “Sea lo que sea lo que estás haciendo ahora mismo, no está bien y te voy a denunciar a las autoridades y a mi abogado”.
Yo (al límite de mi paciencia): “¿Y cuándo exactamente has empezado a preocuparte por tu salud?”