Ah, el retrato de una enfermera.
El vestido recién almidonado, ese puntiagudo pequeño sombrero (¡Oh, ese sombrero!), esa codiciada insignia, todo ello fragmentos de una época ya olvidada.
¿O no? Hace tan solo unas décadas a las enfermeras se les exigía llevar ese sombrero. No tenían más remedio que abrocharse ese delantal cada día. Y ¿para qué? No por motivos de esterilización, aunque quizá ese era el objetivo en aquellos momentos. Ahora sabemos que no.
Únete a nosotras mientras recordamos los uniformes de décadas anteriores — y sonríe, porque nunca te obligaremos a llevar esos trajes. Jamás. A menos que tú quieras, por supuesto.
Desafortunadamente, no hubo cámaras hasta finales de 1839, por eso hemos empezado a finales de 1800.