Debido a que muchas enfermeras americanas estaban sirviendo en la Primera Guerra Mundial, las estudiantes de enfermería quedaron al cuidado de las miles de personas infectadas por la gripe. Muchas de estas jóvenes mujeres murieron atendiendo a los enfermos.
Por esos tiempos, un cirujano americano llamado William Halsted estaba enamorado de la jefa de enfermeras que pronto iba a convertirse en su esposa, Caroline Hampton. Ella desarrolló una dermatitis debida a los agresivos productos químicos que se utilizaban para desinfectar las manos después de una operación. Debido a esas molestias, Halsted desarrolló el primer par de guantes de látex. Más tarde crearía también vestidos quirúrgicos y gorros.
Muchas enfermeras empezaron a utilizar mascarillas de gasa y guantes y la propagación de la infección descendió.
En la imagen de abajo, la clase de enfermeras graduadas que combatió la pandemia de gripe, en 1919 en el Hospital General de Massachusetts.
Aquí, un artículo (vía Deedy.com) detalla el trabajo de las estudiantes de enfermería:
Ochenta Enfermeras se Graduaron en la Clase de la Victoria del Hospital General de Mass.
Ochenta jóvenes mujeres, que forman parte de la clase de la “Victoria” del Hospital General de Massachusetts, tras completar un año de continuo trabajo duro de enfermería como nunca antes en la historia de esta institución habían realizado las enfermeras alumnas, se graduaron la noche de ayer. El Dr. Henry P. Walcott, presidente de la junta de administradores, que presidió los ejercicios y anunció a las graduadas, declaró que cada una de las componentes de la clase había prestado un gran servicio e incurrido en los mismos graves peligros que cualquier otra enfermera o soldado sirviendo en el extranjero.
800 CASOS DE GRIPE
Las componentes de la clase han atendido durante el pasado año más de 800 casos de gripe que llegaron en dos grandes oleadas. Más de la mitad de la clase estaba gravemente enferma y todas, debido a la gran carga que el sobreesfuerzo conlleva, eran peligrosamente susceptibles. Algunas murieron. Una epidemia de escarlatina colocó a 36 de las chicas en la lista peligrosa, pero todas sobrevivieron.
“No tengo palabras”, dijo el Dr.Henry Van Dyke, conductor del evento, “para expresar adecuadamente el papel que han jugado las mujeres, y especialmente las enfermeras, para ganar la guerra. La clase de servicio que ni siquiera se inmutó ante un enemigo que escogió como objetivo favorito esa Cruz Roja en el techo de un hospita, no puede recibir el reconocimiento solo con retórica.”