7. Deja de ser grosera.
Uno puede pensar que esto es algo que sale de manera natural pero, según parece, la buena educación, como los buenos modales en la mesa, también se ha extinguido. ¿Cómo hemos pasado del “¿En qué puedo ayudarte?” al “¿Qué quieres?”? Ser educado deja una buena impresión en tus pacientes y sus familiares. Cuando un paciente está satisfecho con el trato que ha recibido, te hace quedar bien a ti y al sitio en el que trabajas.
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