Las enfermeras siempre andan cortas de sueño. Por eso, no es de extrañar que una enfermera que no está de servicio aproveche cualquier momento para echar una cabezadita aquí y allí, aunque las circunstancias no sean las idóneas.
Por ejemplo:
1. En la parada del autobús.
2. En la sala de estar, cinco minutos antes de una cita.
3. Más tarde en el restaurante durante dicha cita.
4. Y, finalmente una vez más al final de la cita…
5. Cuando alguien está contando una historia, exceptuando los “Oh, eso está bien” ocasionales.
6. No durante el aperitivo. No van a llegar a allí.
7. Mientras intentan jugar con Joe, el gato.
8. Mientras deciden entre unos fideos y unos wonton crujientes, ya que no han abierto o cerrado la nevera desde hace por lo menos dos semanas.
9. El día de la mudanza.
… esa es la caja nº 2
10. Cerca de la puerta principal, mientras esperan que alguien las lleve a la fiesta.
11. Y un cuarto de hora más tarde, yendo hacia la fiesta (se recuperarán).
12. Horizontal, mientras las uñas recién pintadas se secan.
13. Treinta minutos después de que suene el despertador.
14. Durante momentos un tanto importantes.
15. Y durante otros, menos importantes pero igual de incómodos, como durante la graduación del hijo de fulanito.
16. Durante la clase de yoga.
17. Y más tarde, después de la clase de yoga, a pocos centímetros de la cama (¿Qué pasa? La clase de hoy no era pan comido precisamente).
18. Desgraciadamente, durante el episodio de final de temporada de su serie favorita (este es su tercer intento).
19. Y por último, tomando un tentempié.
¡Aun así!
Solo se necesitan 20 minutos y tres tazas de café o una persona que necesita ayuda para que una enfermera se ponga de cero a:
Lo que no deja de ser impresionante.