- El Lenguaje Corporal Lo Es Todo
Los pacientes siempre serán observadores del lenguaje corporal de su enfermera. Una postura defensiva o brazos cruzados pueden comunicar un mensaje desafiante a un paciente difícil. Como enfermera, debes ofrecer atención médica con brazos abiertos, como una fuente de bienestar equilibrado. Mantén tus expresiones faciales relajadas. Recuerda hacer contacto visual para recordar a los pacientes que estás allí con ellos. Cuando empieces a obtener esa sensación de frustración a través de todo tu cuerpo, toma respiraciones profundas y refuerza tu energía física. En lugar de empeorar las cosas, usa esa pasión para ser la enfermera que un paciente difícil necesita.
- Sé paciente, pero no dejes que abusen
Hay una diferencia entre dejar que los pacientes difíciles te hablen de sus problemas y ser abusado verbalmente. Nunca hay una razón por la que tengas que aceptar el comportamiento de un paciente. Si alguna vez un paciente se vuelve demasiado agitado o violento cuando estás tratando de ayudarlo, comunícate con tu supervisor. Si las cosas se intensifican hasta el punto de que sientes que un paciente te está poniendo o a él mismo en grave peligro, notifica a la seguridad del hospital. No te sometas a circunstancias extremas que van más allá de los límites de tus deberes como enfermera.
- Siempre tómate un momento para recomponerte
No dejes que una mala experiencia con un paciente difícil arruine tu día entero. Incluso si los pacientes no te lo agradecen espontáneamente, tu ayuda como su enfermera está haciendo una gran mejora a su condición. Debes dejar atrás la negatividad. No provoques que tu propia salud disminuya internalizando el estrés del día. No permitas que un paciente difícil te haga sentir que no estás esforzándote lo suficiente. Recuerda que eres grande en lo que haces, y permite que la experiencia sea una fuente de inspiración para seguir trabajando duro y así ayudar a la gente en sus momentos más difíciles.