No se te debe nada.
“Pero estuve en Golden Key. Pero era el tesorero de SAE. Pero siempre sacaba matrículas. Pero si me han aceptado en todos los sitios en los que he solicitado empleo. Pero si me votaron como “futuro triunfador”. Pero si todos los profesores me adoraban. Pero mi padre es el alcalde…”
Todo esto está muy bien. Desafortunadamente, son cosas que miles y miles de licenciados pueden decir. Si hay una cantidad X de trabajos de enfermería y hay cinco, 10, o 200 profesionales cualificados para cada uno de ellos, está claro que no todos van a ser contratados. La competencia por parte de tus compañeros de clase no es tu única preocupación. No es necesario ser economista para darse cuenta de que te enfrentas a un mercado laboral que tiene un exceso de enfermeros cualificados que están solicitando plazas de principiantes debido a los despidos masivos.
La buena noticia:
Reconociendo esta realidad, va a ser mucho menos probable que puedas esperar pasivamente a que te den lo que crees que “mereces”. Al contrario, el darte cuenta de que debes destacar en un campo abarrotado de profesionales que tienen tus mismas cualificaciones o incluso están más cualificados que tú, hará que te centres solo en las cosas que puedes hacer para competir. Cosas como reforzar tu currículo con prácticas y voluntariado. Cosas como adquirir nuevas habilidades y estar al día de las últimas tecnologías médicas. Esta oportunidad puede ser también la mejor ocasión para volver a la escuela de enfermería para realizar algún máster o doctorado.