Lauren Handy, directora del grupo de activismo Progressive Anti-Abortion Uprising (Levantamiento Progresista Contra el Aborto), está en el centro de una investigación policial luego de que las autoridades encontraran cinco fetos dentro de su casa en Washington, D.C. Handy y su colega, la fundadora del PAAU, Terrisa Bukovinac, afirmaron que obtuvieron los fetos de una clínica local de salud reproductiva que practicaba abortos ilegalmente, pero la policía señala que su historia no cuadra.
Un descubrimiento inquietante
Handy llamó al departamento de policía local y les pidió que recogieran cinco fetos de su casa, pero las autoridades terminaron interrogando a Handy y Bukovinac sobre cómo obtuvieron estos fetos.
Según lo que declararon a la policía, las dos mujeres fueron a Washington Surgi-Clinic para disuadir a las pacientes de realizarse abortos el 25 de marzo. Pero mientras estaban allí, adquirieron una caja con los restos fetales de más de 110 fetos.
Handy y Bukovinac intentaron explicar su versión de la historia durante una conferencia de prensa.
“Cuando salimos de la clínica, vimos un camión con la etiqueta Curtis Bay Medical Waste Services”, explicó Bukovinac a la prensa. “Caminamos alrededor del camión y notamos que el conductor estaba a punto de cargar en el camión dos cajas grandes con etiquetas de riesgo biológico en el exterior”.
Bukovinac dijo que le preguntó al conductor si se “metería en problemas” si se llevaban una caja, y él les permitió llevarse una. Handy dijo que luego recogió la caja, la cual describió como pesada. “Comencé a hiperventilar y estaba en pánico porque no podía creer que esto realmente estuviera sucediendo”, explicó Handy.
Durante la conferencia de prensa, las mujeres reprodujeron un video que mostraba el contenido de la caja, incluidos lo que parecían contenedores médicos llenos de lo que dijeron eran restos fetales.
“Retiramos 115 niños por nacer de las bolsas”, explicó Bukovinac. Agregó que cinco conjuntos de restos fetales estaban más desarrollados que los demás. “Había cinco contenedores mucho más grandes”.
El video mostraba un feto parcialmente desarrollado con rostro y extremidades. Los activistas dijeron que esto era evidencia de que la clínica estaba realizando abortos ilegales.
La clínica se negó a responder a los reclamos de las mujeres. Sin embargo, Curtis Bay Medical Waste dijo que prohíbe a las clínicas utilizar sus servicios para deshacerse de tejido fetal.
“En ningún momento el empleado de Curtis Bay entregó ninguno de estos paquetes a la PAAU ni a ningún tercero, y cualquier acusación que se haga de lo contrario es falsa”, aclaraba el comunicado. La compañía agregó que “los clientes como Washington Surgi-Clinic tienen prohibido deshacerse de fetos y restos humanos a través de los servicios de Curtis Bay”.
Después de que la policía sacara los fetos de la casa de Handy, dijeron que no había evidencia de que la clínica cometiera un delito y que los abortos se llevaron a cabo “de acuerdo con la ley de Washington, D.C. no parece haber nada de naturaleza criminal, excepto por cómo los restos fueron llevados a esta casa”.
Washington, D.C. no tiene una ley que prohíba los abortos después de una determinada semana de embarazo. Planned Parenthood-D.C. Dijo que realiza abortos hasta las 19 semanas. Según el sitio web de Washington Surgi-Clinic, ofrece abortos ingluso hasta “27 semanas más”.
Pero Handy y Bukovinac mantienen su historia. Handy declara que vio al conductor de la compañía de desechos médicos escanear la caja en el sistema de la compañía.
Mientras tanto, Bukovinac cuestionó si el conductor estaba siguiendo las políticas de la empresa.
“Me cuesta creer que la empresa que saca los desechos médicos de las clínicas de aborto nunca sume dos y dos, que no se den cuenta que hay restos humanos abortados”, dijo. “Es absurdo. ¿Qué más tendrán?”
Pero a partir de allí su historia solo se hizo más extraña.
Las mujeres continuaron declarando que mantuvieron los cinco fetos más grandes en el refrigerador de la casa de Handy durante cinco días. Durante ese tiempo, tomaron fotos de los fetos mientras ninguna de las dos dormía.
“Tratamos ese lugar como si fuese una tumba”, dijo Handy.
También afirmaron que los restos de los otros 110 fetos fueron enterrados por un sacerdote católico.
Handy y Bukovinac intentaron que un proveedor médico fuera a la casa de Handy para inspeccionar los fetos, pero nadie acudió. Finalmente, decidieron llamar a la policía.
“Los bebés estaban en algún tipo de solución de formaldehído, pero no sabíamos cuánto aguantaría eso, o si el refrigerador estaba lo suficientemente frío o lo que sea”, dijo Bukovinac. “Estábamos sintiendo una sensación de urgencia”.
La policía dice que la investigación continúa en curso.
Hasta el momento, ninguna de las mujeres ha enfrentado cargos penales por tomar la caja de restos fetales, pero Handy fue acusada de cargos federales por bloquear una clínica de abortos en D.C. en 2020.