Piradas Registradas: tenemos un horario de locura, lidiamos con pacientes locos y vemos lo que alguna gente llamaría cosas locas que el cuerpo humano hace. Por eso, nos podemos permitir un poco de locura de vez en cuando. En una comida elegante, demostramos nuestra locura hablando de fluidos corporales sin sentir ningún tipo de repugnancia. Algunos incluso considerarían trabajar de noche una razón para estar pirado. Pero si no cuidamos de los pacientes todas las horas del día y de la noche, ¿quién lo hará? Me siento orgullosa de tener este título.
Un poco empollonas: trabajamos al lado de los de la bata blanca (y damos gracias por su existencia) que llevan libros de medicina de aquí para allá y van dando instrucciones. Para este ejemplo, vamos a llamar a los médicos los cerebros de la operación. Eso convierte a las enfermeras en los sentidos del cerebro. Somos los ojos y oídos del médico y las responsables de darnos cuenta de los pequeños cambios que pueden pasar desapercibidos sin una astuta evaluación. Por esa razón, y por todo el conocimiento que debemos emplear para hacer una meticulosa evaluación, algunos nos pueden tachar de empollonas. El cuerpo humano es una complicada obra maestra y se espera que las enfermeras sepan muchos más detalles que la gente normal. ¿Has sido alguna vez esa amiga a la que acude la gente cuando su hijo está enfermo? “Tengo una amiga que es enfermera y lo sabe todo, vamos a llamarla…”
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