La Guerra Civil Siria ha estado ocurriendo desde 2011, y ahora estamos aprendiendo sobre algunos de los crímenes que se han cometido desde entonces. Los fiscales alemanes invocaron el principio de jurisdicción universal para llevar a los perpetradores ante la justicia, siendo el último el Dr. Alla Mousa, quien supuestamente torturó y mutiló a varios prisioneros en un centro de detención militar a principios de la década de 2010. Después de cometer sus crímenes, Mousa se mudó a Alemania para ejercer la medicina en 2015, pero su tiempo en la corte apenas está comenzando.

Actos inenarrables

Durante 2011, los manifestantes que se pensaba que formaban parte de la oposición a menudo fueron secuestrados y encarcelados por hablar en contra del presidente Bashar Al Assad. El presidente es conocido por sus políticas antidemocráticas, que llevaron a una oleada de protestas violentas a principios de la década. Los opositores al presidente fueron recluidos en centros de detención militares, donde fueron torturados o asesinados por sus crímenes. Las fuerzas rusas y estadounidenses, junto con grupos extremistas como el Estado Islámico, han ingresado al país desde entonces.

Los fiscales federales de Karlsruhe, Alemania, donde más tarde residió Mousa, expusieron los presuntos delitos del médico, algunos de los cuales son demasiado horribles para describirlos.

El siguiente contenido puede resultar perturbador para algunos lectores.

Según el comunicado, los fiscales dicen que Mousa torturó e hirió a varios prisioneros en centros de detención militares en dos ciudades, Homs y Damasco, de 2011 a 2012. Sus acciones también provocaron la muerte de un prisionero.

En un caso, Mousa supuestamente vertió alcohol en los genitales de un chico entre 14 y 15 años y luego prendió fuego a la zona. Ha sido acusado de golpear a otras nueve personas en el estómago, la cara o los genitales.

Los fiscales también dicen que Mousa golpeó a un paciente en la cara con un tubo de plástico y luego lo pateó en la cabeza. Según los informes, el paciente estaba experimentando un ataque epiléptico en ese momento. Murió a causa de sus heridas unos días después, luego de que Mousa le suministrara un fármaco no identificado; sin embargo, se desconoce la causa exacta de la muerte.

El médico también colgó a los pacientes del techo de las manos y los golpeó con un palo de plástico. Intentó prender fuego a las cabezas de sus pacientes con alcohol y otros líquidos inflamables. En total, los fiscales lo acusaron de torturar al menos a 18 personas durante un año.

Mousa se mudó a Alemania en 2015 para comenzar una nueva vida. Fue arrestado por la policía alemana en junio de 2020. La acusación federal, anunciada recientemente, lo acusa de asesinato, lesiones corporales graves, intento de lesiones corporales y lesiones corporales peligrosas.

Justicia para todos

La comunidad internacional elogió los cargos contra Mousa.

Wolfgang Kaleck, director del Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos, dijo:

“No solo se están cometiendo graves crímenes contra la sociedad civil siria en los centros de detención de los servicios de inteligencia: el sistema de tortura y exterminio de Siria es complejo y solo existe gracias al apoyo de una amplia variedad de actores. Con el juicio de Mousa, el papel de los hospitales militares y el personal médico en este sistema podría ser abordado por primera vez”.

Los fiscales alemanes llevaron ante la justicia a otro miembro del partido del presidente Bashar Al Assad a principios de 2021. Eyad Al-Gharib, miembro de la policía secreta siria, fue declarado culpable de complicidad en crímenes de lesa humanidad por torturar a prisioneros. Fue condenado a cuatro años y medio de prisión.

Esta fue la primera vez que un tribunal fuera de Siria se pronunció sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno, sentando un precedente legal para casos futuros.

Kaleck también señaló cómo los cargos contra Mousa pueden ser utilizados para atacar el acoso y el abuso sexual.

“La violencia sexual se está utilizando como arma, de forma sistemática e intencionada, contra la oposición en Siria. Los afectados no solo sufren consecuencias físicas y psicológicas, sino que también son estigmatizados y discriminados por la sociedad”, dijo, y agregó que el juicio de Mousa “podría hacerlos ver esto y así también enviar una señal importante a los muchos sobrevivientes que han permanecido en silencio hasta ahora”.

La BBC estima que al menos 500.000 personas han muerto en el transcurso de la Guerra Civil Siria, incluyendo a 205.000 personas desaparecidas o presuntamente muertas y 88.000 personas que murieron después de ser torturadas en centros de detención gestionados por militares.