Wednesday, November 27, 2024

5 Cosas para llevarte a casa que son peores que los gérmenes

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5 Cosas para llevarte a casa que son peores que los gérmenes

Shutterstock | Subbotina AnnaShutterstock | Subbotina Anna

Enfermeras, sabemos que en el trabajo estáis expuestas a toda clase de cosas e intentáis tanto como podéis dejarlas atrás al final del día. Pero no estamos hablando solamente de las bacterias. Aquí tienes cinco cosas que puedes llevarte a casa que son posiblemente peores que los gérmenes.

1. El conocimiento

No, no estamos hablando del bueno, como aprender un idioma o saber dónde está un país en el mapa. Estamos hablando de la clase de conocimiento que realmente no quieres, la clase de conocimiento que quisieras poder desaprender porque te resulta muy, muy incómodo.

Normalmente, estas cosas salen de la nada cuando alguien a quien no esperas ver, que tampoco espera verte a ti, entra en el hospital con una lesión imprevista. Como tu vecino Dan, felizmente casado, que recibió graves heridas después de un altercado en un club de striptease. O la dulce anciana del 3B que ha dado positivo en todos los ETS imaginables.

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Esta es la clase de conocimiento que no necesitas y, por lo tanto, te sugerimos que si ves alguna cara familiar en el trabajo, salgas corriendo. ¿El compañero de golf de tu padre? Corre. ¿Tu profesor de instituto? Corre. ¿Tu suegra? Corre como si le hubieras robado algo a Liam Neeson.

2. Cualquier cosa con pelo

Todas las enfermeras han tenido un paciente que vive solo con la mascota que tiene desde hace 35 años. Entran en el hospital confundidos y doloridos pero, de alguna forma, sus pensamientos siempre vuelven a Whiskers, su gato, que lleva en casa solo desde hace horas y se pone gruñón si no come regularmente.

Así que piensas, “Whiskers no está en un lugar que me venga de paso y llevo trabajando 12 horas, pero supongo que puedo desviarme ligeramente para darle de comer”. Eso está bien pero te animamos a proceder con extrema precaución, ejercer la prudencia y establecer límites. Sino, en lugar de llegar a casa y encontrar una copa de vino y el último capítulo de Juego de Tronos, te encontrarás con esto:

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3. Cosas sospechosas encontradas en la sala de descanso

Mira, lo entendemos. Al final de un largo día, sabiendo como sabes que lo único que tienes en la nevera de casa es un bote de mostaza y una rebanada de pan, puede resultar tentador echar un vistazo a cualquier cosa comestible, aunque sea procesada, disponible en la sala de descanso.

Pero la sala de descanso es un lugar extraordinario, ligeramente antinatural, donde la caducidad de la comida parece flotar en el limbo. Como una hamburguesa del McDonalds o Jennifer López, no hay nada que indique el paso del tiempo.
Por eso, cómete ese sándwich de mostaza como una campeona si no hay más remedio, pero por tu propia seguridad deja las sobras del hospital en paz.

4. Regalos no abiertos

No estamos diciendo que todos los pacientes estén mal de la mollera, pero ha habido bastantes deambulando por los pasillos del hospital como para tener una cierta precaución al aceptar regalos que no dicen “¡Soy esto!” sin tener que quitar algunas capas primero.

Por supuesto, si el ala de psiquiatría es tu fuente de ingresos, probablemente no hace falta que te digamos esto. Habrás oído multitud de historias para no dormir de compañeros que reciben accesorios hechos con uñas de los pies o un saco de cebollas como para cometer los mismos errores.

5. Más energía de la que tenías al llegar

Conocemos la situación, cuatro horas de sueño seguidas por un turno de 12 horas. Después, cinco horas de sueño seguidas por otro turno de ocho horas. Además, no ves la luz del día durante un 98 por ciento de ese tiempo.

Por eso, lo entendemos. Haces lo que sea para permanecer alerta (o, por lo menos, funcional). Pero si sales del hospital con más vigor en tus pasos que cuando entraste (ver más abajo), tu consumo de cafeína ha sobrepasado los límites de la capacidad humana y estás peligrosamente cerca de una detonación.

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¿Por regla general? Si tu cuerpo empieza a vibrar, es momento de parar y desistir.

Aun arriesgándonos a sonar pesimistas, solo hemos rascado la superficie de cosas que es mejor no sacar del hospital en un contenedor “para llevar” al final del día. ¡Ayúdanos diciendo la tuya en la sección de comentarios!

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