“Si no tuviera mala suerte, no tendría ninguna suerte”
¿Te suena? Te lo juro, el universo a veces tiene un cierto sentido del humor. ¿Te ha pasado alguna vez que deseas algo y entonces el universo decide jugarte una mala pasada y darte justo lo contrario?
Pues bien, la enfermería es algo parecido. ¿Recuerdas por qué no decimos “parece que hoy está la cosa tranquila” durante nuestro turno? Aquí tienes cinco cosas que NUNCA debes desear antes de que empiece tu turno, porque el universo te va a sorprender con su humor diabólico:
Esperar que te den el día libre
- Ayer cuando saliste de trabajar había pocos pacientes. Te vas a casa cruzando los dedos con la esperanza de que, para tu turno del día siguiente, la cosa siga tranquilla y te llamen para decirte que tienes el día libre. Lo que pasará es que al día siguiente habrá un montón de nuevos ingresos en tu unidad.
Esperar no tener que trabajar aunque tengas que estar disponible
- Este es el hermano malvado de esperar que te den el día libre. Es el regalo que nunca terminarás de disfrutar. Se te concede tu deseo. Te llaman del trabajo y te dicen que hay pocos pacientes y que no hace falta que vayas, aunque debes estar disponible. Tu felicidad dura lo suficiente para que cuelgues el teléfono y cierres los ojos…luego vuelve a sonar el teléfono. Adivina quién es. Acaban de ingresar varios pacientes y te necesitan en el hospital.
Esperar un turno tranquilo
- Miras el censo de tu planta y echas un vistazo a los pacientes y a cómo está yendo todo en tu unidad. Piensas para ti mismo “Bueno, no pinta mal”. Estás disfrutando de tu pensamiento y de repente oyes un código por el altavoz. ¡Era demasiado bonito para ser verdad!
Suponer que hoy tu trabajo será fácil
- Echas un vistazo a las tareas que tienes asignadas para hoy. No pintan mal. Las listas de la medicación para tus pacientes no son muy largas. No vas a tener que hacer muchos viajes y, a simple vista, los pacientes parecen encantadores. Luego, te iluminas. Parece que te han confundido con el personal de servicio. Si ellos están ocupados, eso es que hay mucho trabajo.
Planear hacer algo una hora después de que acabe tu turno
- Esta es posiblemente la peor de todas. Que hayas “planeado” algo para una hora en concreto no significa necesariamente que a esa hora vayas a estar libre. Así que te pasas todo tu turno asegurándote de que acabas todo lo que tienes que hacer. Te vuelves supereficiente con todo lo que haces. La unidad es un “caos bajo control”. Pero durante los últimos 40minutos de tu turno, un paciente se descompensa y tu sueño de salir a tu hora se eclipsa por tener que salvar más vidas.
Enfermería. Nunca amarás un trabajo más duro.