Hemos perdido a miles de trabajadores de la salud durante la pandemia de COVID-19 y no está claro cómo la industria retendrá nuevo personal en el futuro. Muchos proveedores se jubilaron antes de tiempo, mientras que otros abandonaron el campo en busca de un trabajo menos demandante emocionalmente. La buena noticia es que la inscripción en las escuelas de enfermería ha aumentado a nivel mundial, pero las enfermeras no son conocidas por quedarse en el mismo sitio por mucho tiempo. La industria tiene una de las tasas de rotación más altas en la profesión médica, con el 16,5% de todas las enfermeras empleadas en hospitales que renuncian a sus trabajos dentro del primer año, lo que implica un alto costo para los hospitales anualmente.
“Los sistemas de prestación de atención médica están agobiados y las enfermeras han estado cansadas y frustradas a medida que esta pandemia persistente continúa sin un final a la vista. Las enfermeras por sí solas no pueden resolver este problema de largo plazo. Si realmente valoramos las incontables contribuciones del personal de enfermería, entonces es imperativo que los sistemas de salud utilicen todas las autoridades disponibles para abordar este problema”, señala el presidente de la Asociación Estadounidense de Enfermeras, Ernest Grant.
A medida que la escasez de enfermeras empeora, los líderes de la industria buscan formas de hacer que el trabajo sea más hospitalario para los trabajadores. Aumentar el salario de las enfermeras y las proporciones de personal ayudaría a reducir el estrés laboral, pero ¿cambiar el diseño del hospital podría ser de ayuda?
Los diseñadores de hospitales Teri Oelrich y Bryan Langlands recientemente hablaron sobre cómo se pueden mejorar los lugares de trabajo y cómo estos están afectando a las enfermeras.
Planificación para la eficiencia
Los arquitectos señalan que el diseño de las instalaciones puede tener un efecto importante en la eficiencia del lugar de trabajo. Se debe prestar especial atención a la ubicación y los tipos de habitaciones que existen en el establecimiento y la frecuencia con la que las enfermeras necesitan acceder a ellas. Argumentan que los diseñadores deberían obtener información de las enfermeras sobre cómo navegan por el área y cómo pasan su tiempo en el trabajo.
Los estudios muestran que las enfermeras pasan solo el 31% de su tiempo con los pacientes. El resto de su tiempo lo dedican a otras actividades entre las que se incluyen esperar los resultados de laboratorio, la transferencia de pacientes, la búsqueda del equipo necesario y la documentación. Además de las habitaciones de los pacientes, las enfermeras tienden a pasar la mayor parte de su tiempo en las habitaciones de medicación y limpieza.
Abogan por lo que se conoce como el modelo de “núcleo abierto”, que significa tener las habitaciones de los pacientes a ambos lados de un corredor de la zona de trabajo central, mientras se eliminan los obstáculos físicos dentro de las áreas de atención directa. Por ejemplo, todo lo que no esté relacionado con la atención directa del paciente (como ascensores, escaleras, armarios eléctricos, oficinas y baños) debe retirarse del área entre las habitaciones de los pacientes, para que los proveedores tengan acceso sin dificultades.
También sugieren duplicar el ancho del corredor estándar de ocho pies de ancho que se ve en muchos hospitales a dieciséis pies. Esto deja espacio para estaciones de trabajo de equipos descentralizados con rincones de suministros y equipos abastecidos con los artículos más demandados. Además, este diseño crea renglones para los cuidadores que ubican al personal de enfermería cerca de las habitaciones de los pacientes y los suministros, con mayor acceso y visibilidad para ambos.
Aumenta la transparencia
Las superficies del hospital dicen mucho de tu espacio de trabajo. Los arquitectos recomiendan alejarse de las tradicionales puertas de madera que pueden dejar a los pacientes y al personal aislados unos de otros. Según los diseñadores, “las puertas de vidrio de altura completa, ya sean batientes o corredizas, permiten una mayor conciencia de la situación, la capacidad de atender desde fuera de la habitación, mantener la línea de visión de los pacientes, mejorar la comunicación visual, aumentar la luz natural en las áreas de apoyo, y reducir el aislamiento social”.
Hora de la automatización
Puede que no te guste la idea de trabajar junto a un robot mientras haces tus rondas, pero Oelrich y Langlands dicen que la automatización está cada vez más cerca. Los robots autónomos y los vehículos automatizados pueden aumentar la eficiencia en el lugar de trabajo. Se pueden programar para realizar tareas simples pero que consumen mucho tiempo, como transportar suministros directamente al paciente o al quirófano. También pueden viajar en entornos de trabajo potencialmente peligrosos, como aquellos con patógenos contagiosos.
Las enfermeras también utilizan terminales de pared integrados para el personal los cuales les indican exactamente lo que necesita una habitación cuando tocan la pantalla. Luego pueden pedir rápidamente más suministros con solo tocar un botón. Los pacientes también pueden utilizar tabletas y controles para solicitar asistencia, cambiar la iluminación o abrir las persianas de las ventanas.
Amenizar a las enfermeras
Finalmente, los arquitectos dicen que es mejor llevar las cosas que las enfermeras necesitan y anhelan directamente a la estación de enfermería, para que los proveedores puedan disfrutar de estas comodidades sin dejar su puesto. Esto puede incluir opciones de comedor y asientos para disfrutar de un descanso, computadora y acceso al Wi-Fi, duchas e incluso alguna ayuda física, como yoga o masajes para ayudar a las enfermeras a relajarse después de un largo turno.
Los administradores pueden usar espacios pequeños y sobrantes para llevar estas comodidades a los trabajadores, como baños, pasillos e incluso escaleras, para que no tengan que salirse de su camino o perder un tiempo precioso durante su descanso.
Los hospitales están agregando servicios para mejorar la satisfacción y retención del personal, que incluyen guarderías, cuidado de mascotas, lavandería, servicios de salón y alimentos preparados que las enfermeras puedan llevar a casa después de su guardia.
Oelrich es una ex enfermera y una de las primeras clínicas en trabajar para una firma de arquitectura. Ha ayudado a diseñar algunas de las principales instituciones de salud del mundo, como Kaiser Permanente, el Centro Médico de la Universidad de Washington y el Hospital Infantil de Chicago.
Langlands es un programador, planificador y diseñador de atención médica de centros médicos académicos. Ha trabajado en múltiples instalaciones de atención médica, incluido el Centro Médico Langone de la NYU, Atrium Health, Jefferson Health, Penn Med y el Children’s Hospital of Philadelphia.