Todos tenemos profesores que amamos, los que nos hacen ver la enfermería desde una perspectiva diferente. Y luego están los instructores que no entendemos. Esos con los que simplemente no terminas de conectar, y cuanto más trabajen juntos, peor se pondrá la situación. ¿Qué puedes hacer? Este instructor es parte importante de tu carrera de enfermería, pero también tienes que hacer lo que es mejor para ti. Entonces ¿Qué puedes hacer?
En mi caso fue una instructora clínica. Me reservaré todos los pequeños detalles, pero fue durante mi segundo trimestre (de 3) en mi rotación médica. Las cosas iban bien, pero todavía me sentía muy nerviosa antes de cada día clínico. Le comenté a mi instructora que me sentía ansiosa y que, aunque estaba muy preparada para la clase cada semana, sentía olvidaba algo. Era una instructora muy relajada, así que pensé que al decirle esto, ella podría ayudarme y que tal vez empezaría a sentirme un poco más segura.
¡Grave error! Supongo que ella pensó que me estaba ayudando, pero terminó sobreprotegiéndome. No me permitía enfrentar casos complicados ni desarrollar nuevas habilidades. Me sentía fastidiada porque realmente ya no me estaban desafiando. A medida que el trimestre se acercaba a su fin, mi instructora básicamente me dijo que, si no me motivaba y “tenía más confianza”, probablemente reprobaría el trimestre. ¿QUÉ? ¿Enserio? Nadie me había dicho que iba a reprobar antes. Y no era como si me estuviera yendo mal, estaba desempeñándome bien y cuidando bien de mis pacientes, pero como le dije que estaba nerviosa, ella había perdido su confianza en mí.
Al principio estaba devastada y empecé a perder la confianza en mí misma. Pero después de reflexionar durante unos días, empecé a enojarme, y luego decidí demostrarle que estaba equivocada. No nos fue bien. Ella es una mujer inteligente, pero yo no podía tener fe en una instructora que renunciaba a sus estudiantes tan fácilmente. Trabajé, pero no pude demostrarle que tenía la confianza suficiente y la habilidad necesaria para sobrevivir. Y cuando el siguiente trimestre tuve un instructor muy desafiante, supe que lo único que aumentaría mi confianza no era demostrarle nada a mi instructor, sino demostrarme a mí misma que podía manejarlo.
No tenemos mucho que decir cuando se trata de nuestros instructores, y cuando te toca alguien con quien no te va bien, no hay mucho que puedas hacer. Si te dicen que no estás hecha para esto, o que no vas a lograrlo, recuerda por qué estás en la escuela de enfermería. No trabajes para demostrarle al instructor que eres competente, pruébatelo a ti misma y al final, nadie podrá dudar de ti.
Estudiante de Enfermería: ¿Cuál es tu opinión? ¿Qué hiciste cuando no te fue bien con tu instructor?