Historias
Hablar a mi paciente con el corazón
Una noche estaba trabajando en una ajetreada UCI y tenía asignado un paciente al que dedicarme exclusivamente. Estaba con respiración asistida y se le estaba administrando dopamina y noradrenalina, su presión sanguínea era de 4. Me encargaron informar de que posiblemente no pasaría da esa noche. Había oído que el último sentido que abandona a una persona es el oído. Siempre hablo a mis pacientes durante mi turno. Hablé con mi paciente mientras lo bañaba, contándole cosas sobre mis hijos y mis mascotas. Su mujer había estado hablando con él y puede ver como su batalla le estaba pasando factura a ella también. Le dije a mi paciente que habíamos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para ayudarle a superar su enfermedad y que necesitábamos que él luchara también. Su estado era el mismo cuando me marché al final de mi turno de 12 horas y pensé que nunca más lo volvería a ver.
Llegaron las Navidades y volví a trabajar en el turno de noche. Un hombre y su mujer entraron en la unidad buscándome. Reconocí a la señora —era la mujer de aquel paciente que estaba tan enfermo. Luego miré al hombre y él me sonrió y me dio un adorno navideño de cristal. Me dijo que recordaba los nombres de mis hijos y mis perros y los recitó sin ningún error. Luego me dijo que cuando yo le dije que tenía que luchar, decidió hacerlo. Me dijo que no habría pensado en querer vivir si no le hubiera dicho algo que le dije. ¡También me dijo que le di el mejor masaje en la espalda que le habían dado nunca!
Esto es algo muy poderos que una enfermera puede hacer sin caros tratamientos o intervenciones. Habla con tus pacientes. ¡Puedes marcar la diferencia!
Patricia Smith, RN, empezó como ayudante de enfermería en 1983. Se convirtió en enfermera en 1994 y en enfermera graduada en 1995. Ha trabajado en hospitales la mayor parte de su carrera. En la actualidad trabaja como enfermera telefónica en Methodist First Call, en Peoria, Ill. y colabora como bombera voluntaria. Patricia está casada, tiene tres hijos, tres perros y dos gatos y le encanta vivir en el centro de Illinois.