Historias
El lenguaje del corazón
Cuando llegué a Oriente Medio, no hablaba la lengua. Aunque estábamos en un hospital inglés, a veces llegaban pacientes que no hablaban inglés o su inglés no era demasiado bueno. A pesar de ello, como enfermera, debía cumplir con mis obligaciones e interrogar correctamente a cada paciente y recopilar toda la información que el médico necesitaba.
Fue en esa época cuando mi preparación y mi profesionalidad, junto con el amor y la compasión que sentía por mis pacientes, realmente destacaron por encima de todo. A pesar de que la comunicación no era fácil, los pacientes y sus familiares sentían calma y tranquilidad cuando los atendía. Cuando con el tiempo aprendí el idioma, comunicarme con los pacientes fue más que placentero. Ellos se sorprendían de que una enfermera occidental hablara su idioma, lo que añadía aún más calma a su situación. No hay mejor sensación que escuchar a un extranjero hablar tu lengua materna.
Observé a las enfermeras del país y me di cuenta de que para muchas de ellas, la enfermería era un gran reto debido a su cultura. Mientras que yo no tenía ningún problema en atender a un hombre que llegaba a urgencias en una situación desesperada, las enfermeras locales, a veces, tenían sus capacidades limitadas debido a las arraigadas creencias propias de su cultura. Esas enfermeras, a pesar de todo, hacían todo lo que podían y eso hacía sonreír a mi corazón. Sé que las enfermeras de cualquier parte del mundo hacen todo lo que está en su mano por los pacientes a los que cuidan.
Ahora, de vuelta a Toronto, puedo relacionarme con personas de todas las culturas. A veces, digo unas palabras en hindi para confortar a un paciente mayor que no habla apenas inglés, y otras veces utilizo unas palabras en cantonés o árabe. Cuando ningún idioma funciona, el lenguaje del amor y la compasión trasciende a las palabras. Es un privilegio para mí, como enfermera, practicar el idioma del amor y la compasión. Cuando más lo hablas, más fuerte se vuelve tu inaudita voz. Paz y bienestar.
Jenny Berkeley, RN, es una enfermera y educadora con más de 18 años de experiencia. Ha trabajo en varios hospitales en Toronto y la región de Durham. Es escritora, conferenciante, blogger, entusiasta de la comida cruda y la editora de una e-zine mensual sobre salud y bienestar. Sus más de 21.000 seguidores en Twitter disfrutan de sus reflexivos y sinceros consejos. Jenny habla abiertamente de sus emociones y disfruta relacionándose con enfermeras, médicos y pacientes de todo el planeta
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