Del 23 al 29 de octubre es la Semana de Enfermería Gerontológica, un tiempo para celebrar a aquellos entre nosotros que cuidan de nuestros ancianos. Mientras el mundo se enfrenta a una población envejecida, es posible que en las próximas décadas, podamos enfrentar un déficit de enfermería gerontológica. La gente está viviendo más tiempo, dejándolos para hacer frente a los singulares desafíos de salud de sus años otoñales. Las enfermeras especializadas en atención gerontológica serán cada vez más necesarias y es importante que la comunidad de enfermeras promueva iniciativas educativas sólidas para aquellos que eligen enfocarse en el cuidado de ancianos.
La población está envejeciendo – ¿Están preparadas las enfermeras?
La generación del “Baby Boom” (Auge de la Natalidad) es una de las más grandes de la historia. Nacida entre 1946 y 1964, esta es la generación que luchó en Vietnam, fue a Woodstock, y moldeó la historia americana. Esta generación es enorme, mucho más grande que sus sucesores, Gen X, o sus predecesores, la “generación más grande”. A medida que los “baby boomers” siguen envejeciendo, esto crea desafíos únicos para la industria de la salud. El mundo está en la cúspide de tener una de las mayores poblaciones de personas mayores en la historia. Para el año 2050, la población de 65 años y más se situaría en al menos 83 millones, más del doble del número de personas mayores en 2012.
Este crecimiento permanente de la población de personas mayores de 65 años ha generado inquietudes sobre una escasez de enfermería gerontológica. A medida que los “baby boomers” continúen avanzando en sus 60 y tantos y más allá, habrá una mayor necesidad de enfermeras y otros proveedores de atención médica que estén preparados para las necesidades únicas de los pacientes geriátricos. No sólo son necesarias estas enfermeras en la atención primaria y en los centros de cuidados intensivos, sino también en las instalaciones de vida asistida y para el cuidado en el hogar. Las personas mayores necesitan la ayuda de enfermeras atentas, compasivas y experimentadas. Pero hoy en día, pocas enfermeras tienen el entrenamiento adecuado.
La mayoría de enfermeras carecen de formación gerontológica
Ya estamos en medio de una escasez de enfermería, y para el año 2020, la fuerza laboral de enfermería se espera que caiga un 20% por debajo de los requerimientos proyectados. Muchas enfermeras no son preparadas adecuadamente durante su educación para satisfacer las necesidades de los pacientes mayores.
Muchas personas mayores tienen bastantes problemas de salud diferentes al mismo tiempo, planteando desafíos únicos para enfermeras y gerontólogos. A pesar del hecho de que la gerontología tiene su propia especialidad médica, a partir de 2010, sólo una tercera parte de los programas de enfermería de bachillerato ofrecen un solo curso autónomo sobre enfermería gerontológica. Sólo alrededor del 3% de las enfermeras están certificadas en atención geriátrica, pero la realidad es que el 63% de las enfermeras recién licenciadas terminan trabajando predominantemente con adultos mayores. Los adultos mayores tienen necesidades de asistencia sanitaria más complejas que las de las personas más jóvenes, a menudo con muchos problemas concomitantes que ocurren al mismo tiempo. A medida que la población norteamericana sigue envejeciendo, es esencial que las enfermeras reciban la capacitación que necesitan para brindar la mejor atención posible a los pacientes de más edad.
Preparando la próxima generación de enfermeras
Ya se están haciendo grandes progresos en la mejora de la calidad y cantidad de la formación gerontológica para enfermeras. La Asociación Nacional de Enfermería Gerontológica ha presentado públicamente una serie de recomendaciones:
Todos los estudiantes necesitan conocimientos básicos relacionados con la salud y el bienestar de los adultos mayores. Esto incluye una comprensión integral de cómo el proceso de envejecimiento afecta a las personas no sólo físicamente, sino mental, emocional y socialmente.
Se debe exigir la práctica específica de gerontología a todos los estudiantes de enfermería. La experiencia de práctica clínica supervisada durante la educación de enfermería puede ayudar a preparar a los estudiantes para que brinden atención gerontológica interdisciplinaria.
El contenido de gerontología debe ser incorporado a los currículos de enfermería existentes. Junto con la gerontología como una electiva, las rotaciones clínicas en entornos como las instalaciones de vida asistida, los centros para personas de la tercera edad y el cuidado en el hogar pueden proporcionar una experiencia práctica útil.
La educación gerontológica debe ser enseñada por alguien calificado. Los educadores de enfermería para cursos de gerontología deben ser experimentados, bien informados y apasionados.
Las escuelas de enfermería deben ofrecer programas de mentoría gerontológica. Para los profesionales de la salud, la tutoría individual puede ser una parte indispensable del proceso educativo. Las enfermeras con un compromiso con el cuidado de las personas mayores pueden brindar apoyo, capacitación y asesoramiento a la siguiente generación.
El futuro de la enfermería gerontológica
La generación del “Baby Boom” ya ha comenzado a entrar en sus años sesenta y setenta, y América está a punto de hacer frente a la mayor población de ancianos de la historia. A medida que la población envejece, enfermería gerontológica seguirá siendo increíblemente importante. Incluso las enfermeras que no trabajan específicamente en gerontología todavía necesitarán una buena base educativa para prepararse para las necesidades únicas y complejas de los pacientes mayores. Las nuevas iniciativas para mejorar los currículos gerontológicos en los programas de enfermería son esenciales para asegurar que esta población anciana reciba un nivel de atención adecuado.