En la noche de julio 24, mi esposa, Sherrie, fue ingresada a la unidad de labor y parto del Nebraska Medicine – Nebraska Medical Center. Esperábamos que naciera nuestro segundo hijo y aguardábamos ansiosos su llegada. Las contracciones de mi esposa comenzaron temprano, en la casa, pero nunca imaginamos lo que sucedería en las siguientes 24 horas.
La labor de parto de Sherrie se extendió hasta la mañana del viernes, y nuestra enfermera, Bri, supo exactamente cómo ayudarnos. No tenía miedo de hablar –inclusive con los médicos residentes. Bri hizo hasta lo imposible por nosotros durante su turno. Fue reconfortante y siempre positiva –incluso cuando era difícil serlo. Bri estaba dispuesta a ocuparse de nosotros en diferentes situaciones y se tomó el tiempo para sentarse a nuestro lado y llegar a conocernos. Preguntó por nuestra familia, y habló acerca de la suya. A medida en que las horas se extendían, Bri nunca renunció a cuidarnos y atendernos. Siempre fue muy amigable y realmente quería lo mejor para nosotros. Cuando su turno estaba por terminar, la mañana del viernes, Bri se aseguró de que tuviéramos otra maravillosa enfermera para cuidarnos. También prometió regresar por la noche para checar al recién llegado.
En este punto, Sherrie había pasado en el hospital más de 12 horas sin ningún avance significativo en su labor de parto. Obviamente, estábamos decepcionados. Además de eso, ya no teníamos a Bri. Pero, nuestra nueva enfermera, Courtney, inmediatamente nos tranquilizó. Comprendimos que, de nuevo, estábamos en buenas manos.
Durante las siguientes 12 horas, Courtney estuvo ahí para nosotros, en las buenas y en las malas. En el caso de Sherrie, parecía que las buenas noticias eran inmediatamente seguidas por las malas. Courtney también se tomó un tiempo para conocernos. Nunca olvidaremos su comportamiento sereno y cómo fue capaz de aportar nuevas ideas que nadie más había pensado. Ella estaba tan determinada como nosotros en lograr que Sherrie tuviera al bebé.
En tanto las horas se extendían, Sherrie y yo comenzábamos a perder la esperanza de que fuera un parto natural. Pero, cuando la noche se acercaba, sentimos que lo peor había quedado atrás y que finalmente podríamos conocer a nuestro hijo pequeño. En este punto, el turno de Courtney había terminado. (Ella debería haberse ido a su casa) Pero, en cambio, quiso quedarse con nosotros. Mientras tanto, Bri había regresado para ver cómo estábamos. Ahora, ambas enfermeras estaban en la habitación. La conexión personal que hicimos con ellas 2 fue increible.
Cuando Sherrie comenzó a pujar, el ritmo cardiaco del bebé comenzó a caer lo suficiente como para incomodar a todos. La doctora Karen Carlson, era la obstetra/ginecóloga de guardia ese día y concluyó que Sherrie necesitaría un poco de ayuda para tener al bebé. Finalmente, después de 24 horas en el hospital, más el tiempo que Sherrie pasó en casa previamente ya con las contracciones, pudimos darle a nuestro bebé Dawson la bienvenida a este mundo, el 25 de julio.
Ese fue, sin duda, uno de los mejores momentos de nuestra vida, uno que atesoraremos por siempre. Por fin sentimos que todo el calvario había terminado y que ya podríamos comenzar a recuperarnos. Pero, cinco minutos después, tuvimos el susto de nuestras vidas. Sherrie se quejaba de que la habitación estaba dando vueltas. En cuestión de segundos, se desvaneció y perdió la consciencia, la sala de partos se llenó de doctores en cuestión de segundos. Mientras yo observaba con incredulidad, Sherrie perdía 15 unidades de sangre. No puedo expresar con palabras el horror que sentí. Existía la posibilidad de perderla.
Podía ver todo lo que pasaba en la habitación, y vi que en medio de todo el caos, el personal ya tenía un plan de acción y trabajaban en equipo. Recuerdo haber visto a un doctor que en su gafete llevaba una etiqueta de “Paro Cardiaco” y me di cuenta de la gravedad del asunto. Yo cargaba a nuestro bebé, y pensaba que tal vez nunca conocería a su madre. Después de lo que pareció una eternidad, decidí llevarme a Dawson a la habitación contigua. En ese punto, supe que Sherrie querría que me concentrara en Dawson. Fue uno de los peores momentos de mi vida –despedirme de mi esposa, sabiendo que tal vez no volvería a verla con vida.
Mientras los miembros del personal entraban y salían corriendo de la habitación, llegó un capellán del hospital llamado Art Ullrich. Pasaron los segundos (que parecieron horas), y Art comenzó a rezar por Sherrie y su recuperación. Poco después, la madre de Sherrie me llamó por teléfono, quería saber dónde podían estacionar su coche afuera del hospital. Obviamente, no podía ayudarlos con eso, así que Art se ofreció para encontrarse con ellos en el estacionamiento. Tomaron la decisión de trasladarnos, al bebé y a mí, a la sala de posparto, ahí nuestra familia tendría más espacio para reunirse. Art se comprometió a informarnos de cualquier progreso que Sherrie presentara.
Después de una hora aproximadamente, Art nos informó que Sherrie se encontraba estable, y que la hemorragia casi estaba bajo control. Poco después, la doctora Carlson y el médico especialista en medicina materno/fetal, Paul Tomich, nos dieron una información más detallada. Llevaron a Sherrie a radiología para ver si podían detener el sangrado por completo. Ver a Sherrie sedada y conectada a las máquinas fue muy duro, pero el doctor Tomich fue alentador y me explicó lo que estaba a punto de suceder.
La doctora Radióloga de Diagnósticos Sushama Kunnathil, pudo detener el sangrado de Sherrie. La doctora Kunnathil jugó un enorme papel en la recuperación de Sherrie a lo largo de toda esta dura prueba. Los doctores Tomich y Carlson se acercaron de nuevo para darnos otra actualización y compartir las buenas noticias. Sherrie fue transferida a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) donde podrían monitorear sus signos vitales.
Las enfermeras de la UCI, junto con Bri, se portaron increíbles con Sherrie cuando comenzó a recuperarse. Bri sabía cuán importante era para Sherrie que Dawson recibiera leche materna, así que Bri tomó la iniciativa para ayudar a Sherrie con el extractor de leche materna. Cuando regresé a la habitación, Courtney y Bri me recibieron con un abrazo y lágrimas en los ojos. Courtney terminó quedándose horas después de que su turno había terminado para asegurarse de que Sherrie estuviera bien.
Fue difícil no tener a Dawson en la misma habitación junto con Sherrie, así que el personal se movilizó para conseguir que todos nos trasladáramos a la UCI. Eso fue algo que aprecié mucho en verdad. Ayudó a que Sherrie se recuperara más fácilmente. Al día siguiente, recibí incontables abrazos por parte de las enfermeras y miembros del personal –muchos a quienes no había conocido anteriormente-. Sus palabras de aliento nunca serán olvidadas.
En los siguientes días, Sherrie se recuperaba en la UCI, y nos quedamos impresionados por el nivel de atención que recibía por parte de los doctores y las enfermeras. Courtney regresó a trabajar el día en que Sherrie fue trasladada a posparto. De nuevo, se encargó increíblemente de Sherrie.
No podemos agradecer lo suficiente al personal completo del Nebraska Medicine. Siempre guardaron la calma bajo presión y supieron exactamente qué hacer en el momento oportuno. Trabajaron en equipo para salvar la vida de Sherrie. También fueron increíblemente sensibles a lo largo de toda nuestra estadía. Lloraron con nosotros, nos abrazaron y nos apoyaron en formas que nunca hubiéramos imaginado.
Debemos darle un agradecimiento especial a Bri, otro a Courtney. Ambas hicieron lo imposible por nuestra familia. Nos ayudaron a atravesar unos de los momentos más oscuros que hayamos enfrentado alguna vez. El nivel de atención que nos brindaron fue indiscutiblemente maravilloso.
Para el Capellán del hospital quien nos ayudó esa noche, un agradecimiento por cuidar de nuestra familia y mantenernos informados. Meses después nos enteramos de que ese 25 de julio fue su última noche de trabajo. Tras 9 años de trabajar en el Nebraska Medicine, Art se ha retirado. Nos sentimos honrados de haber sido una de las últimas familias que él ayudó.
En cuanto a la doctora Carlson, la suerte estaba de nuestro lado cuando ella resultó ser la doctora de guardia aquel fin de semana. La doctora Carlson fue fundamental para salvar la vida de Sherrie. Mantuvo la calma durante toda esa dura prueba y se tomó el tiempo para revisar a Sherrie a lo largo de toda nuestra estancia en el hospital
A la doctora Kunnathil, quien detuvo el sangrado de Sherrie, ¡GRACIAS! Tal como nuestra asistente de parto (doula) señaló, tuvimos la suerte de ser atendidos en un hospital donde todo el personal estuvo ahí para nosotros justo en el momento en que fueron necesarios.
Cada persona presente durante esa noche jugó un papel vital para salvar la vida de Sherrie. Su amor, atención y apoyo fue extraordinario. Gracias por ayudarnos a cumplir nuestro sueño de tener un bebé varón feliz y sano. Siempre estaremos agradecidos por todo lo que hicieron para cuidar de Sherrie y de nuestra familia. Gracias desde el fondo de nuestros corazones.
Esta historia fue publicada bajo el consentimiento del Nebraska Medicine.