Nada es tan importante como estar bien hidratado, y probablemente lo sabes muy bien ya que lo has recalcado en muchas ocasiones y a muchos pacientes, pero la única pregunta es: ¿Estás bebiendo suficiente agua?
Estar bien hidratado es crucial. Como nuestro cuerpo está conformado de 70% agua, éste funciona mejor cuando está hidratado. Te da energía, tu desempeño mental y agudeza estarán a niveles máximos, y además eliminarás toxinas. No hace falta decir que el agua es vida, es lo que nos mantiene vivos y funcionando correctamente.
Las enfermeras tienden a descartar la importancia de la hidratación cuando se trata de ellas porque creen equivocadamente que no las afectará tanto como afecta a un paciente enfermo. Esta suposición no podía estar más lejos de la verdad. De hecho, ya que estás trabajando largas horas, es más probable que te deshidrates a que lo hagan tus pacientes. Y, es comprensible. Con tantas cosas en tu mente, ni siquiera te das cuenta de que tu cuerpo está gritando por agua.
Con esto en mente, he aquí algunos consejos que te ayudarán a mantenerte hidratada durante tu turno.
Ver cuán hidratada estás realmente
En primer lugar, siempre es bueno comenzar viendo cómo te encuentras. ¿Cuán hidratada estás en este instante? Hay una manera muy rápida y fácil de averiguarlo, y es con el color de tu orina. Un cuerpo bien hidratado sólo puede producir orina clara y no concentrada. Cuan más oscura sea tu orina, más tu cuerpo está gritando por agua. Si añadimos fatiga, dolores de cabeza, problemas con la concentración y tener una sensación permanente extraña de hambre, entonces tenemos, por supuesto, un grave caso de deshidratación. Sin embargo, es necesario prestar atención a otros factores. Por ejemplo, su orina puede parecer clara, pero puede ser porque estás bebiendo un montón de café o gaseosas. Y eso no significa necesariamente que estás hidratada.
Sea proactiva para hidratarte mejor
Si hasta ahora, beber agua es algo que has descuidado pero que haces sin intención. Entonces deberías considerar un cambio a un enfoque más consistente para evitar una deshidratación.
Eso implicará en primer lugar hacer todo lo posible para no caer en el hábito de olvidar beber agua. Convertirlo en un divertido juego es una opción. Siempre tener una botella de agua contigo y establecer un margen de tiempo en el que debes tomar. Por ejemplo, tener que beber 500 mililitros de agua en una hora. También puedes recompensarlo con una golosina (fruta o una rebanada de verdura) cada vez que llegues a la meta.
Además, trata de tener en mente que la cantidad de agua recomendada por día para una persona normal es de 8 vasos. (Sí, ya lo sabes, pero ¿estás tienes integrando esto a tu rutina?) La matemática es bastante simple: un vaso de agua cada hora equivale a ocho vasos de agua para un turno de 8 horas.
Escucha atentamente a tu cuerpo
Sabemos que tienes mucho que hacer en tu día a día, y no tienes tiempo para contar cada vaso de agua que bebes. Por lo tanto, aquí te enseñamos una manera simple para que puedas permanecer hidratada. Sólo escucha a tu cuerpo. Tome un descanso cada hora y pregúntate ¿Cómo te sientes ahora? ¿Tu cuerpo se siente equilibrado o hay algo que te falta? ¿Te sientes bien, enfocada y centrada o un poco irritada y cansada? No te permitas llegar al punto de estar seriamente deshidratada. Si deseas mantener alejados esos dolores de cabeza y todo el malestar físico que la deshidratación ocasiona, tendrás que empezar a prestar más atención a tu cuerpo antes de que sufra.
Con un enfoque más proactivo para mantenerte hidratada y un poco más de conciencia en escuchar a tu cuerpo y atender sus necesidades antes de que llegue a extremos, verás cuán bien traerá a tu jornada diaria.