1. “¿En qué puedo ayudarte?”
Te hace sentir como un camarero, ¿verdad? No hace falta que lo digas. Tu responsabilidad principal como enfermera es asegurarte de que las necesidades de tus pacientes estén cubiertas y de que estás defendiendo sus intereses. Aunque la frase resulte cansina, seguramente es una de las primeras cosas que preguntas a tus pacientes y/o a sus familiares — cada vez que conoces a un nuevo paciente. Y cuando tienes muchos pacientes eso significa que tendrás que responder a las solicitudes de los familiares, actualizar múltiples historiales y controlar diversos casos. Todo esto es lo que tú trabajo implica.
2. “Porque tu médico lo ha dicho.”
A diferencia de la atención al cliente, el paciente no siempre tiene la razón. Desafortunadamente, no todo el mundo lo tiene claro. Aunque siempre debes tener presentes los intereses del paciente, es el médico el que tiene la última palabra cuando se trata a un paciente — no su preocupada mujer o algo que han leído en WebMD. Mantente firme y cíñete a esos excelentes instintos de enfermera. El paciente no siempre sabe qué es lo mejor para él — eso es cosa tuya y del médico. ¡Tienes el poder!
3. “Te lo juro, si ese paciente llama al timbre otra vez…”
Algunos pacientes harían cualquier cosa con tal de tener la atención total de la enfermera — ¿verdad? Y, por desgracia, tienes la obligación de contestar cada vez que llaman al dichoso timbre porque nunca sabes cuándo se trata de una emergencia real. Es obvio que el que inventó el timbre de llamada no podía saber cuánto iba a abusar la gente de él. Sabemos que a veces es muy difícil, pero debes tener paciencia con tus pacientes. Con un poco de suerte, puede que tu hospital no tenga a un Dr. House llamando a las enfermeras sin ninguna razón.