Stocksy | Nemanja Glumac
Todos lo hemos hecho: hemos aconsejado a nuestros pacientes que incorporen el ejercicio a su estilo de vida para manejar mejor el estrés. Si trabajas en cardiología o en cualquier otra área donde ves mucho estrés, pacientes hipertensos, este escenario seguramente te resultará muy familiar.
Pero ¿qué pasa con las enfermeras?
¿Qué pasa con nuestro corazón, nuestra presión arterial y nuestros niveles de estrés? Aquí tienes 10 ideas que te ayudarán a predicar con el ejemplo en el trabajo. Cuando se tiene una agenda muy apretada puede ser todo un desafío ir al gimnasio, por eso estos ejercicios están diseñados para que puedas hacerlos en tu lugar de trabajo. Reserva 10 minutos cada día para hacer estos sencillos ejercicios de fuerza y los resultados se reflejarán muy pronto en tus niveles de energía y en el espejo.
1. Trabaja tus glúteos
Mientras estás haciendo historiales o estás de pie esperando a alguien o algo, ponte de lentamente de puntillas apretando los glúteos. Mantén esa posición unos segundos, relaja y vuelve a la posición inicial. Repite tantas veces como puedas.
2. Levanta esas piernas
Si eres como la mayoría de enfermeras, no dispones de demasiado tiempo para sentarte, pero cuando lo haces es el momento perfecto para levantar las piernas. Simplemente asegúrate de estar sentada correctamente en la silla (¡buena postura!) y lentamente levanta una pierna, mantén esa posición durante 15 segundos y después bájala. Los movimientos lentos son fundamentales en este ejercicio. No dejes caer el pie. Si haces esto correctamente, notarás el efecto en tus nalgas, cuádriceps e incluso en tus abdominales.
3. Patea ese trasero
Este ejercicio es una manera diferente de patear un trasero. Si temes perder el equilibrio es mejor que hagas esto cerca de una mesa o una pared. Ponte de pie con los pies un poco separados. Levanta lentamente el pie derecho, hasta tocar las nalgas con el talón y después bájalo lentamente. Repite 10 – 15 veces y haz lo mismo con la otra pierna.
4. ¡Espera! ¡No te sientes!
¡Asegúrate de que la silla es estable y no vaya a moverse! Ponte de pie delante de la silla con los pies planos en el suelo, ligeramente separados. Empieza lentamente como si fueras a sentarte, mantén la espalda recta mientras desciendes hacia la silla. Antes de tocar el asiento párate y mantén esa posición. Debes notar este movimiento en tus muslos y glúteos, no en las rodillas, así que asegúrate de no estar desplazándote hacia delante. Mantén la posición de 10 a 15 segundos y después, manteniéndote recta, vuelve a ponerte de pie.
Puedes hacer esto justo cuando vayas a sentarte para pasar los historiales o cuando vayas a tomarte un descanso. Te sorprenderá ver como este simple ejercicio marca la diferencia.
5. Sentadillas normales
Si estás en la habitación de un paciente haciendo la cama o en la habitación de suministros cogiendo cosas que necesitas, es un buen momento para hacer algunas sentadillas. Con la espalda recta, desciende como si fueras a sentarte en un taburete. Mantén esa posición unos segundos y después ponte otra vez de pie. Al igual que en las sentadillas con silla, debes notar este ejercicio en los muslos y los glúteos.
6. Sentadilla de pared
Si quieres un ejercicio más difícil que la sentadilla, ¿por qué no pruebas una sentadilla de pared? Ponte con la espalda contra la pared. Mueve los pies a una distancia de unos sesenta centímetros de la pared. Manteniendo la espalda recta deslízate hasta estar sentada, con las rodillas en un ángulo correcto. Mantén esa posición tanto como puedas y después desplázate lentamente hacia arriba.
7. Flexiones de mesa
Nadie espera que te tires al suelo y hagas 20, pero es posible hacer flexiones utilizando la mesa como punto de apoyo. Ponte de pie de cara a la mesa o mostrador. Pon las manos en el borde, separadas a la anchura de los hombros. Mueve los pies un poco para atrás para tener más espacio para moverte. Manteniendo la espalda y los hombros rectos, baja lentamente tu cuerpo hacia la mesa hasta casi tocarla. Mantén esa posición unos segundos y lentamente impúlsate hacia arriba. Repite de 10 a 15 veces.
8. Bandas elásticas
Las bandas elásticas son portátiles. Si no tienes taquilla o un espacio donde guardar las cosas cerca de la sala de descanso, puedes llevar una o dos bandas elásticas en tu bolso. Si las tienes a mano puedes ponerte a hacer ejercicio en cualquier momento. Coge la banda elástica con ambas manos a una distancia similar a la anchura de los hombros, notando un poco de tensión. Levanta la banda con ambos brazos a la altura de los hombros. Estira la banda hacia lados opuestos para incrementar la tensión, después relaja la tensión. Repite 15 veces. Seguidamente, aguantando la banda con ambas manos, levántala por encima de la cabeza, estira la banda en direcciones opuestas y después afloja. Ahora, pon el pie izquierdo encima de la banda y cógela con la mano derecha. Ponte recta y estira la banda desde la cadera izquierda cruzando el cuerpo en diagonal de manera que tu brazo derecho se estire hacia el lado derecho y se extienda a unos 45 grados. Haz esto 15 veces y después cambia de lado.
9. Utiliza esas botellas de agua
Una botella llena de agua en cada mano puede servir como pesa rápida y simple para realizar ejercicios de brazos. Con una botella en cada mano y los brazos a los lados, ponte de pie con los pies separados a la anchura de los hombros. Pon las manos de manera que las palmas estén mirando hacia atrás. Lentamente sube los brazos delante de ti hasta que estén a la misma altura de los hombros. Mantén esa posición unos segundos y vuelve a bajar los brazos lentamente. Repite de 10 a 15 veces.
10. Utiliza las escaleras
Cuando se quiere introducir el ejercicio físico en una vida ajetreada, lo primero que todos recomiendan es subir las escaleras en lugar de coger el ascensor. Pero si es posible, ¿por qué no añades unos cuantos peldaños más al día? Cuando te dirijas a tu planta, sube una planta más y vuelve a bajar. O, a la hora de comer (o cenar) sube y baja unas cuantas plantas en lugar de utilizar el tiempo para navegar por internet con tu iPhone. ¿No te parece suficiente desafío? ¿Por qué no subes las escaleras de dos en dos?
Se puede hacer ejercicio prácticamente en cualquier lugar, simplemente tienes que buscar el momento y hacerle un hueco. ¡Diviértete!