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Históricamente mencionar la palabra “tatuaje” a una enfermera era como trazar una línea en la arena. En un extremo tenías a las enfermeras que querían que su cuerpo y el cuerpo de sus compañeros se mantuviera intacto. En el otro extremo tenías a las enfermeras a las que les gustaría cubrir cada parte de su cuerpo con tinta y que probablemente podrían recomendar la mejor aguja para hacerlo.
Tenemos el presentimiento de que las enfermeras están empezando a adoptar una actitud más tolerante hacia los tatus. Para estar seguros de ello decidimos obtener las opiniones de las enfermeras en la página de Facebook de Scrubs Mag y aquí tenéis lo que nos han contado:
“Soy enfermera y la demencia viene de familia… Personalmente no me molestan los tatuajes y por mi 65 aniversario me voy a hacer dos. Uno en el lateral de mi muslo izquierdo y pondrá ‘Aquí Haldol’ junto con el símbolo de una diana. En el lateral de mi muslo derecho habrá otro símbolo y pondrá ‘Por favor alternar lados’ ”. —Laura F.
“Tengo 12 tatuajes y soy enfermera. Siempre y cuando no sean inapropiados, no debería ser un problema. ¡Excepto esos ridículos tatuajes en la cara! Realmente odio los tatuajes en la cara”. —Rasheeda H.
“Trabajaba en el sector privado donde teníamos que cubrirlos. Nuestra política era no llevar los tatuajes a la vista. Ahora trabajo para VA y no tenemos esa política, probablemente por el tipo de población a la que servimos, la mayoría de veteranos tienen por lo menos uno”. —Kim J.
“Prefiero trabajar con una enfermera con tatuajes pero que es buena enfermera y compañera que con una enfermera sin tatuajes pero que no atiende bien a los pacientes y trata mal a sus compañeros”. —Laura S.
“Soy enfermera en el estado de Minnesota y me he hecho mi primer tatuaje al cumplir 50 años. ¡Todos, incluso mi jefe, están encantados!” —Jodi T.
“Si empezamos a definir la profesionalidad o para contratar a alguien nos basamos en si lleva o no tatuajes, corremos el riesgo de empezar a juzgar a la gente por otras cosas superficiales y pronto será no a los gordos o no a la gente fea. Venga ya, seamos adultos”. —Christina B.
“Todos mis tatuajes pueden cubrirse. Sin embargo trabajé con un cirujano que tenía ambos brazos cubiertos por tatuajes. NO afectaba a su habilidad para hacer un trabajo fantástico. ¡Hasta tuvo un paciente que le comentó que le parecía genial!” —Rob E.
“Pasamos de una política de tatuajes cubiertos a una de está bien llevar tatuajes siempre y cuando no sean ofensivos, según el criterio de tu supervisor. No me van los tatuajes pero allá cada uno”. —Billie Jo L.
“En exceso pueden distraer y resultar poco profesionales. Siempre y cuando no cubran todo el brazo, el cuello o la cara, pienso que los tatuaje están bien”. —Barbie Y.
“¡A favor! Mis tatus no afectan a mi capacidad como enfermera, a mi atención o compasión. No he tenido ningún paciente que diga algo negativo sobre ellos. La mayoría de la gente siente curiosidad y te preguntan qué significan. Ninguno está puesto al azar, cada uno tiene un significado. Actualmente tengo siete y pienso hacerme más. Incluso he pensado en hacerme uno en el pecho con las palabras ‘No reanimar’”. —Pam P.
“¡Sé tú mismo!” —Stacey R.
Los ames o los odies, los tatuajes han venido para quedarse. Literalmente.