“Soy Libre” | Una nueva terapia permite que un hombre con parálisis grave vuelva a caminar

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Michel Roccati y otros dos hombres están aprendiendo a caminar nuevamente después de sufrir una parálisis severa durante años. Los tres resultaron heridos en accidentes de motocicleta, pero una nueva terapia de inyección en la columna los está ayudando a realizar actividades que nunca pensaron que volverían a hacer.

Moviéndose por su cuenta

Roccati, que es de Italia, perdió la capacidad de caminar después de chocar su motocicleta en 2017, lo que lo dejó con una lesión completa en la médula espinal.

Roccati, junto con otros dos hombres de entre 29 y 41 años, participó en el ensayo clínico STIMO, dirigido por la Dra. Jocelyne Bloch del Hospital Universitario de Lausana y Grégoire Courtine del Instituto Federal Suizo de Tecnología. Los resultados fueron publicados en la revista Nature Medicine.

Según el informe, a cada paciente se le implantó un dispositivo de 16 electrodos en el espacio epidural, entre las vértebras y la médula espinal. El dispositivo está controlado por un marcapasos implantado debajo de la piel del abdomen.

Los tres hombres tenían una pérdida completa de movimiento voluntario por debajo de sus heridas. Dos también tenían una pérdida completa de sensibilidad en estas áreas. Pero una vez que los dispositivos estuvieron en su lugar, los investigadores usaron una computadora para que el marcapasos enviara pulsos eléctricos únicos a los electrodos epidurales, que luego activaron los músculos de los pacientes. Este sistema permite al usuario mantener el control de sus músculos de manera efectiva a pesar de la lesión de la médula espinal.

Este tipo de terapia se ha utilizado antes, pero el ensayo clínico STIMO aceleró el proceso de recuperación de forma espectacular.

Cuando los estimuladores de la médula espinal se desarrollaron por primera vez en la década de 1980, no estaban diseñados para satisfacer las necesidades de los pacientes con lesiones de la médula espinal.

Según Grégoire Courtine, neurocientífico del Instituto Federal Suizo de Tecnología que codirigió el estudio, los implantes anteriores tenían una forma estrecha de silicona que se dirigía al centro de la médula espinal e interrumpía las señales de dolor que se dirigían al cerebro. Desencadenarían ligeros movimientos al estimular las raíces dorsales, que son unos pares de fibras sensoriales gruesas que se extienden desde ambos lados de la médula espinal. Las tiras de electrodos también eran demasiado cortas para alcanzar las raíces dorsales que controlan el torso.

Es por eso que Courtine y sus colegas diseñaron un implante más largo y ancho. Cada uno tiene aproximadamente el tamaño de un dedo. Colocaron los electrodos a lo largo de la superficie de las raíces dorsales utilizando modelos informáticos que predicen la posición ideal de cada implante en función de una columna sana.

El equipo también creó un software especial que activa los electrodos según la posición de la persona o el movimiento previsto. Los implantes anteriores enviaban señales eléctricas repetitivas, pero su software utiliza señales modeladas que ayudan a volver a entrenar las redes nerviosas dañadas en la médula espinal.

Los tres participantes pudieron dar pasos en una caminadora durante el primer día de recibir el tratamiento. Sin embargo, estaban usando arneses corporales que soportaban más de la mitad de su peso. Este es el primer estudio que muestra a pacientes con parálisis severa de pie en una posición “cargada” dentro de las 24 horas posteriores al inicio de la terapia.

“Por primera vez, no solo tenemos un efecto inmediato, aunque el entrenamiento sigue siendo importante, sino que también las personas sin sensación, sin ningún tipo de movimiento, han podido recuperar la posición completa y caminar independientemente del laboratorio”, agregó Courtine.

Después de cuatro a seis meses, los tres pudieron caminar usando solo un andador para mantener la estabilidad. En estudios anteriores, la mayoría de los pacientes tardaron más de un año en lograr resultados similares.

“Es notable ver resultados dentro de 1 día con una lesión grave como esta”, dijo Megan Gill, fisioterapeuta investigadora de la Clínica Mayo que no participó en el estudio. “La terapia intensa durante un año y medio es poco práctica en los sistemas de atención médica actuales.” señala. El nuevo enfoque haría que la terapia fuera “significativa desde la perspectiva de la gestión de la atención médica”.

Movimiento bajo demanda

Hacer que los pacientes con parálisis vuelvan a moverse también puede brindar beneficios adicionales para la salud, que incluyen una mejor función cardiovascular, más control de los intestinos y la vejiga, mayor densidad ósea y menos riesgo de lesiones por presión por estar sentado durante mucho tiempo.

Los investigadores pudieron configurar diferentes patrones para las señales eléctricas, de modo que los participantes pudieran nadar, andar en bicicleta e incluso ejercitarse en la prensa de piernas. Un paciente incluso pudo subir una escalera.

Sin embargo, emitir comandos al dispositivo sigue siendo difícil, al menos por ahora. Los usuarios deben seleccionar el movimiento deseado en una tablet, que luego envía una señal de Bluetooth al transmisor alrededor de su cintura, que debe colocarse junto a un “generador de pulso” implantado en el abdomen, que posteriormente activa los electrodos implantados. Todo el proceso puede tomar entre cinco y 10 minutos.

No obstante, los resultados siguen siendo impresionantes.

“Soy libre”, dijo Roccati durante la recuperación. “Puedo caminar por donde quiera”.

“Es un momento muy emotivo, porque los pacientes se dan cuenta de que pueden dar un paso”, dijo la Dra. Jocelyne Bloch, codirectora del estudio junto con Courtine.

Sin embargo, algunos pacientes pueden tener problemas para adaptarse al proceso.

“Cuanto más entrenan, más logran, por lo que necesitan la motivación para poder estar de pie por mucho tiempo”, agregó Bloch.

Los expertos dicen que se necesita más investigación para ver cómo se puede usar mejor el dispositivo para facilitar una recuperación completa.

“Creo que esta investigación debería ser un llamado para que todos entendamos que hay esperanza para el tratamiento de estos pacientes”, dijo el Dr. Nicholas Theodore, director del Johns Hopkins Neurosurgical Spine Center, quien no participó en el estudio. “Creo que la esperanza en este momento se enfocará más en una solución de ingeniería y menos en una estrategia de reparación celular”.

Tanto Courtine como Bloch planean hacer que el dispositivo sea más fácil de usar en el futuro. La FDA ha otorgado al tratamiento la designación de “dispositivos innovadores”, lo que ayudará a acelerar el proceso de aprobación.

Esta designación también garantizaría la cobertura a través del programa de Cobertura de Tecnología Innovadora de Medicare si los ensayos clínicos más grandes tienen éxito.

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