Todos hemos pasado por eso—estás sentada en la sala de enfermeras o tumbada en la cama imaginándote todas las posibles maneras de decirle a tu lunática jefa “¡Dimito!”
Visualizas como le tiras tu dimisión, llenas de cualquier manera una caja con las cosas que tienes en la taquilla y chocas esos cinco con las otras enfermeras del equipo mientras te marchas del hospital para no volver nunca más.
Sueña todo lo que quieras, pero cuando pienses que están en juego futuras recomendaciones y contactos, seguramente optarás por colocar cuidadosamente tus pertenencias en una caja y escribir una excelente carta de resignación que, no solo alaba las cualidades de tu jefe, sino que además agradece a los compañeros los “buenos momentos” pasados.
O, ¿quizá no será así?
Aquí tienes una lista de las maneras más graciosas que tiene la gente de dimitir de sus trabajos.
(Pista: no les preocupaban mucho las referencias futuras…)