Enfermeras, no os preocupéis, sed felices

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Shutterstock | Pablo CalvogShutterstock | Pablo Calvog

Enfermeras, ya os preocupáis bastante. De hecho, es prácticamente vuestro trabajo. Pero eso no quiere decir que el escenario ideal sea acabar convirtiéndose en una auténtica Debbie Downer.

Hay muchísimas cosas buenas y gratificantes y positivamente inspiradoras en esta profesión que has escogido.

Por eso, para reafirmar tu fe en el lado positivo (especialmente si has tenido un turno particularmente duro), permite que te presentemos una lista cuidadosamente construida de cosas de las que simplemente no tienes ni que preocuparte. Ahora, quítate los zapatos, sírvete una copa de vino y absorbe todas las alegres ventajas que ofrece la enfermería.

 

  1. No necesitas preocuparte por los estereotipos, en lo que a primeras impresiones se refiere quedas muy bien sentada.

Piensa en ello: representando una de las profesiones más respetadas y que más confianza inspiran, has esquivado algunas de las cosas desagradables que van pisándole los talones a otros. Pon por ejemplo a un vendedor telefónico o a un vigilante del parking. Aunque no tenemos que ajustar cuentas con ninguno de ellos, imaginamos que reciben mucho de esto:

Y esto:

Por otro lado, las enfermeras apenas han tenido tiempo de decir “Oh, soy una en—” que ya reciben un buen comentario y normalmente un largo apretón de manos y una sonrisa.

Seamos honestos, incluso si te quieren de acompañante por si hay una crisis, la gente quiere tenerte cerca

  1. No necesitas preocuparte porque tu trabajo empieza a quedarse estancado, tu trabajo es fascinante, actualmente la gente lo mira en televisión.

¿Te das cuenta de que la gente realmente escoge apalancarse frente a sus pantallas de televisión, con cojín/anteojeras improvisadas en la mano para mirar boquiabiertos todos los extraños escenarios que te asaltan durante tu día a día?

Considera un reality show como Trauma: Life in the E.R. Nadie tuvo que crear una escena durante la cual una bailarina exótica entraba en el hospital con un tacón de aguja incrustado en la cara – simplemente pasó. O, ya sabes, discutir la posibilidad de un hombre que acaba con una flecha clavada en el cuello, porque eso también acaba de pasar.

Tal y como dicen, “No puedes simplemente escribir estas cosas”.

  1. No necesitas preocuparte por la factibilidad de tus habilidades, tu educación es el producto de un dinero bien invertido.

Es verdad que la escuela de enfermería era cara, agotadora y la responsable de que tu vida social sufriera un declive temporal. Un poco como:

Pero, demonios, en nuestra opinión, adquiriste una buena cantidad de conocimiento práctico. Puedes literalmente salvar vidas. En cuanto a tu buen amigo que estuvo tirándose de los pelos intentando desvelar los secretos del Renacimiento francés para acabar siendo piloto autónomo, probablemente no está tan contento con la cantidad de dinero tirado durante esos cuatro años de matrículas.

  1. No necesitas preocuparte de tener a alguien con quien compartir tus éxitos, posiblemente los tengas por docenas.

A muchos profesionales les cuesta experimentar satisfacción tras un duro día de trabajo y hay un buen número de razones para ello. Quizá tengan un papel “detrás del telón”. Quizá su lugar de trabajo es una metafórica cadena de producción. Sea como sea, las victorias (pequeñas y grandes) se quedan a medio camino y eso es una pena.

Eso no pasa con las enfermeras. Aunque este rol visible y activo puede resultar estresante, tus triunfos son muy importantes. Afectan a gente, familias enteras y se te recuerda por ello. Estés tratando un dolor de oídos antes de un recital de danza o jugando un papel principal en un parto difícil, tienes la oportunidad única de ser el héroe de alguien, aunque solo sea por un momento y eso, chicos y chicas, es algo grande.

  1. No necesitas preocuparte por perder de vista tus prioridades, cada día te recuerda lo que es importante.

Has oído las historias. La mujer que fue resucitada después de ahogarse, el hombre que vio pasar su vida por delante unos segundos antes de un serio accidente. Muy a menudo, estas experiencias convierten a estos supervivientes en una persona nueva. Superconscientes de la importancia de la familia, los amigos y los objetivos, abrazan a sus hijos más a menudo. No dejan que un mal corte de pelo les arruine el día.

Las enfermeras, habiendo sido testigos de tantísimos milagros médicos (junto con las tragedias) son muy similares. Aunque tengas unos cuantos años de experiencia seguramente sigues siendo sensata, con una firme convicción de qué es lo realmente importante.

Para decirlo de una forma sencilla, has visto muchas cosas. Ahora también ves el mundo de una manera diferente.

¿Estás de acuerdo con nosotras?

¿Qué añadirías a esta lista? ¡Cuéntanoslo en la sección de comentarios!

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