Pequeños rituales, grandes resultados: conservando tu cordura fuera del trabajo

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Ahí fuera hay mucha información sobre cómo no apuñalar con un compás a otra gente o a ti misma mientras estás trabajando. Puedes hacer ejercicios de respiración, meditaciones cortas e incluso ejercicio desde tu silla. Pero, ¿qué pasa antes o después de fichar? ¿Cómo puedes evitar que tu trabajo salpique tu vida real?

  1. Ten un ritual para entrar y otro para salir. No tiene que ser nada grande o complicado. Yo dedico dos minutos, literalmente, a limpiar mis bolsillos antes de marcharme. Deshacerme de todo al final del día le dice a mi hiperactivo cerebro de enfermera que ha llegado el momento de callarse y dormir. De la misma manera, tomarme una taza de té antes de empezar mi turno notifica a mi subconsciente que ha llegado el momento de ponerse en marcha.
  2. Bajo ninguna circunstancia hables con alguien, que no se dedique a la enfermería, sobre el duro día que has tenido. Esto puede acabar en frustración si hablas con una de esas personas que juegan al “Mi día ha sido peor que el tuyo” o si estás hablando con alguien que no tiene ni idea de lo que te quejas. Busca a una amiga enfermera, empieza un blog o pasa un rato en un foro de enfermería. Puede que encuentres algún capullo online pero la mayoría es gente maja dispuesta a echarte una mano.
  3. De la misma forma, no te dediques a contestar preguntas de enfermería en los eventos sociales. Es tentador ser enfermera las veinticuatro horas del día, pero esto conduce a la locura. Te pasas los días de trabajo hundida hasta los codos en la miseria y el dolor. ¿Por qué tienes que contestar en una fiesta a preguntas sobre el nuevo sarpullido que le ha salido a alguien? No eres ni una fuente de entretenimiento ni proporcionas consejos médicos gratuitamente.
  4. No, y es un no rotundo, revises el correo del trabajo los días que no trabajas. Yo he ampliado esto a “no revises ni una cosa relacionada con el trabajo cuando no estás trabajando” pero es porque estoy harta y amargada. Si fuera realmente importante te llamarían. Si realmente fuera necesario que estuvieras allí habrían planificado un turno extra. Nadie, ni siquiera tú, es irremplazable.
  5. Ten una afición o un interés que no esté relacionado con la enfermería. El mío es la pastelería. Esto me ayuda por un lado a desconectar y por otro me permite hacer algo con lo que puedo sobornar a la gente del trabajo. Puedes hacer abalorios, esquiar, rescatar animales o culturismo. Encuentra algo que te resulte tan fascinante e interesante que estás deseando poder hacerlo. Si es algo que puedes hacer cada día mucho mejor.
  6. Recuerda que la enfermería es una vocación, una carrera y también solo una parte de lo que tú eres. Lee cosas que no tengan que ver con la medicina. Mira series de televisión y documentales que no tengan que ver con dramas hospitalarios. Dicho de otra forma, siempre que sea posible distánciate tanto como puedas de ser enfermera.

Distanciarte de todo lo que tenga que ver con la enfermería te hará mejor, más feliz y más efectiva en el trabajo y evitará que te acabes quemando. Hazme caso en esto.

Nadie te colocó un traje de superhéroe cuando te graduaste, así que no te pongas tú uno.

Agatha Lellis
Agatha Lellis is a nurse whose coffee is brought to her every morning by a chipmunk. Bluebirds help her to dress, and small woodland creatures sing her to sleep each night. She writes a monthly advice column, "Ask Aunt Agatha," here on Scrubs; you can send her questions to be answered at askauntieaggie@gmail.com.

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