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Agresión Sexual en el Lugar de Trabajo: Te Puede Suceder

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No es necesario decir que ser víctima de una agresión sexual es una de las peores cosas que puede sufrir una persona. A menudo las víctimas están asustadas, traumatizadas y demasiado aterradas por la vergüenza y lo que puedan opinar como para denunciar. Por lo general, sólo viven con miedo de lo que otros piensen de ellas. Con frecuencia muchas víctimas viven con la creencia de que la agresión de alguna forma fue su culpa, como si haber hecho algo diferente de su parte hubiera podido evitar que sucediera.

Una página web australiana de enfermería recientemente publicó un artículo que menciona algunas estadísticas internacionales sorprendentes sobre el abuso sexual y el acoso en el lugar de trabajo. Desafortunadamente, los estudios han demostrado que, como enfermeras, estamos en una categoría de alto riesgo de sufrir algún grado de agresión sexual o acoso en el lugar de trabajo.

Las Estadísticas Respaldan el Alto Riesgo

De acuerdo una serie de estadísticas publicada por el ICN (Consejo Internacional de Enfermeras), cerca del 9% de las enfermeras sufrieron algún tipo de acoso laboral y el 97% de las enfermeras conocía o sabía de al menos una enfermera que había sido víctima de violación o asalto sexual en el trabajo.

Las estadísticas revelaron, sin embargo, que no son sus compañeros de trabajo o jefes quienes representan el factor de alto riesgo. La agresión sexual física a una enfermera ocurre casi exclusivamente a manos de un paciente. Una de las estadísticas más sorprendentes es que el 75% de las enfermeras sufrieron algún tipo de acoso o agresión sexual en su lugar de trabajo. Además, la mayoría de las enfermeras del estudio informaron que no se sentían seguras y protegidas en su entorno laboral.

Estas Estadísticas Son Aterradoras

Siendo una enfermera que trabaja en un hospital junto con docenas de otras enfermeras, leer esta lista de estadísticas realmente revolvió mi estómago. Estoy indignada, como imagino que estás tú ahora mismo, al saber que nuestras compañeras de trabajo, amigas y conocidas se enfrentan a situaciones aterradoras y potencialmente mortales a diario. La implementación de mejores procedimientos, programas y precauciones deben convertirse en una prioridad en todos los lugares de trabajo para la seguridad de todas las enfermeras.

Pese a que ser una enfermera realmente es una increíble bendición, trabajar en un centro de salud con las puertas abiertas tiene sus peligros inherentes. En un hospital, por ejemplo, cualquiera puede entrar por la puerta. Un hospital común trata a cientos de pacientes al mismo tiempo. No sabes quién es el hombre o la mujer detrás de la próxima cortina. No conoces su nivel de estabilidad mental o si tiene el potencial de abusar sexualmente a alguien o agredirlo.

Si eres fanática del drama médico, puedes recordar “Grey’s Anatomy” en su Temporada 12, Episodio 9, cuando un paciente ataca a Meredith. En el episodio, Meredith estuvo sola con el paciente el tiempo suficiente para sufrir una lesión grave. Más adelante durante ese episodio, los doctores descubrieron que el ataque tenía una razón médica. Sin embargo, no hizo de lo que sucedió algo menos traumático. Además, si alguien más hubiera estado en la habitación con Meredith, el ataque podría no haber ocurrido.

Es importante que tomes tantas precauciones como puedas para mantenerte a ti misma, así como a tus amigas y compañeras seguras en el lugar de trabajo. Aquí tienes algunos consejos que puedes tomar en cuenta.

Sé Amable, pero Mantén Distancia

Como en muchas otras situaciones de ataque y abuso sexual fuera de la comunidad de enfermería, el agresor suele sentir que tienen algún tipo de conexión con su víctima. Estas relaciones falsas crecen de manera increíble cuando se trata de una enfermera y la forma en la que se preocupa por sus pacientes. No es necesario ser cruel y desagradable, pero es aconsejable que no te involucres emocionalmente con los pacientes, ya que en ciertos casos, esto puede generar problemas graves.

No Hagas de un Hábito el Estar Sola

Aunque los hospitales son lugares concurridos, tienen rincones oscuros y pasillos vacíos. Hay momentos en que tendrás que ir a un lugar u otro con prisa, y puede que no estés pensando en tu seguridad. En el trabajo, especialmente durante las horas de la noche, los cambios de turno y las horas del día en que la seguridad es mínima, dirígete a tu destino utilizando pasillos y áreas donde haya gente. Intenta no ponerte en una posición en la que no puedas ver fácilmente a otras personas o pedir ayuda si lo necesitas. Si es posible, camina con otro empleado, especialmente cuando tengas que trasladar o estés cerca de personas con las que no te sientas cómoda. Si algo te hace sentir incómoda, confía en tus instintos.

Mantente Alerta y Consciente

Como enfermeras, a menudo somos algunas de las personas más sobrecargadas y menospreciadas en el campo de la medicina. Esto viene con el sector. Es importante recordar que, aunque estamos cansadas, debemos permanecer alertas y al tanto de lo que sucede en nuestro alrededor. Vigila el lenguaje corporal de las personas y si están actuando sospechosamente. Distingue si hay personas que parecen estar fuera de lugar o que no deberían estar en ciertas zonas.

Si trabajas con otros con frecuencia y de pronto ves a alguien nuevo de quien no has oído hablar o que parece no saber lo que están haciendo, esta podría ser una señal de alerta. Prestar atención a los detalles a menudo puede significar la diferencia entre tu seguridad y una situación de la que no deseas ser parte.

Sé Proactiva Cuando se Trate de Tu Seguridad

Como enfermera, amas cuidar de otras personas. Sin embargo, de vez en cuando debes detenerte y cuidar de ti misma. Si tu centro comunitario local ofrece clases de autodefensa, es recomendable que inviertas tu tiempo en una y motives a tus colegas enfermeras y compañeras de trabajo a hacer lo mismo. Si tu lugar de trabajo lo permite, considera llevar una lata pequeña de aerosol de pimienta en un bolsillo o en un llavero. Las alarmas personales también son populares en la actualidad. Estas son pequeños dispositivos que caben fácilmente en un bolsillo. Cuando tiras de la anilla, el dispositivo emite un sonido fuerte y estridente para alertar a quienes te rodean. Precauciones simples como estas pueden mejorar de manera considerable tu capacidad de reaccionar rápida y efectivamente en situaciones donde alguien amenaza tu seguridad personal.

Nunca tomes el ataque – sexual o de otra clase– a la ligera. El acoso, el miedo y la sensación de inseguridad en nuestro lugar de trabajo no son algo que deba resultarte indiferente como parte de nuestra profesión. Debemos unirnos y hacer que nuestras voces sean escuchadas para crear lugares de trabajo más seguros para nosotras ahora y en el futuro.

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