Estados Unidos acaba de alcanzar un hito sombrío: al menos 100.000 estadounidenses han muerto por el COVID-19. Sin embargo, algunas de las áreas y ciudades más afectadas en ese país están comenzando a aplanar la curva a medida que el número de nuevos casos, hospitalizaciones y muertes continúa disminuyendo en Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey y California. Casi todos los estados en el sindicato han anunciado planes para reabrir en las próximas semanas, pero las nuevas oleadas del virus podrían detener todo este progreso.
Los funcionarios de salud de todo el mundo están siguiendo la propagación del virus a medida que se mueve de un continente a otro. Varios países que anteriormente se pensaba que tenían el virus bajo control, incluidos Corea del Sur y Singapur, ahora tratan de contener nuevos brotes. Descubre hacia dónde se dirige el virus y lo qué nos pueden decir estas tendencias sobre el futuro de la pandemia.
El nuevo epicentro del virus
Casi finalizando mayo, la Organización Mundial de la Salud clasificó a las Américas como el nuevo epicentro de la pandemia. Actualmente, Estados Unidos tiene el conteo de muertes más alto del mundo, representando alrededor del 25% de todas las muertes relacionadas con COVID-19, y los países de América Latina y América Central están comenzando a afrontarlo. El número de casos se ha disparado en Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú, con estimaciones que se duplican cada dos semanas.
El Medio Oriente también sufre nuevos brotes. Kuwait, Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos se enfrentan a nuevos aumentos en casos confirmados. Los funcionarios de salud dicen que estas tendencias podrían ser el resultado de la ampliación de los programas de pruebas, pero otros están preocupados de que el virus se esté propagando más rápido de lo que se pensaba, sin dejar libre ninguna parte del planeta.
Sin embargo, la propagación del virus está disminuyendo en Europa a medida que Gran Bretaña, Francia y otros países se preparan para reabrir.
Reincidencias recientes
Varias naciones han sido promocionadas por su capacidad de contener el virus al principio de la pandemia mundial, incluidas China, Corea del Sur y Singapur, pero nuevos datos sugieren que pueden estar dando dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás.
- Cómo China contenía el virus:
China utilizó técnicas severas para mantener a los residentes de la ciudad de Wuhan en sus hogares; algunos incluso fueron encerrados en el interior de sus casas para evitar la propagación del virus. También se alentó a las personas a que denunciaran si sospechaban que alguien comenzó a mostrar síntomas similares a COVID-19. Los enfermos fueron trasladados a salas de aislamiento del gobierno.
- Qué salió mal:
China fue condenada y elogiada por estas tácticas severas, pero ahora nuevos casos están comenzando a llegar al país a lo largo de la frontera rusa. El país está haciendo todo lo posible para evaluar y rastrear nuevos pacientes con coronavirus, pero los médicos han notado que el virus parece haber cambiado, en comparación con el inicio del brote en diciembre del año pasado. Los nuevos pacientes parecen portar el virus por períodos de tiempo más largos. También les está tomando más tiempo dar negativo para el virus de lo que se pensaba anteriormente.
- Cómo Corea del Sur contenía el virus:
Corea del Sur utilizó una combinación de rastreo de contactos, pruebas de manejo y rastreo de teléfonos celulares para mantener el virus a raya. Los residentes cumplieron en gran medida con estas regulaciones. Las personas pueden obtener los resultados de sus pruebas en solo 24 horas sin tener que acudir al consultorio del médico. La mayor parte del país usa un teléfono celular para casi todo, incluso para pagar bienes y servicios, acceder a noticias e información y viajar. Esto ayudó al país a seguir a sus ciudadanos y al mismo tiempo limitó el intercambio de efectivo y otros bienes físicos.
- Qué salió mal:
El país estaba en el proceso de volver a la normalidad, con clubes nocturnos y bares que comenzaron a reabrir, pero un nuevo brote ha congelado ese plan. Un hombre recientemente dio positivo por el virus y las autoridades descubrieron que ya había visitado tres clubes nocturnos esa noche, poniendo en peligro esencialmente a Seúl, la capital del país.
Los rastreadores de contactos trataron de perseguir rápidamente a miles de personas que visitaron estos clubes, pero ya era demasiado tarde. El país ya ha reportado 79 nuevos casos de COVID-19 y algunos están pidiendo un nuevo cierre.
- Cómo Singapur contenía el virus:
Singapur recibió elogios por erradicar el virus en cuestión de meses. El país cerró rápidamente sus fronteras para limitar la propagación, mientras que rastreaba meticulosamente los contactos cercanos de cada individuo infectado. Además de su ubicación, el país ha estado rastreando cómo estas personas pasan su tiempo y cuánta gente encuentran en el camino. Por ejemplo, los rastreadores pudieron identificar rápidamente a un grupo de cantantes que compartieron una canción y varias gotas respiratorias. Pudieron atacar la situación y pedir a las personas que se pusieran en cuarentena cuando comenzaron a infectar gimnasios e iglesias locales, lo que limitó la propagación.
Esto ha permitido que el país se mantenga varios pasos por delante de la pandemia, pero su suerte está empezando a cambiar.
- Qué salió mal:
El número de casos de Singapur se duplicó a fines de abril cuando los trabajadores comenzaron a reunirse en espacios reducidos y dormitorios. Los obreros migrantes y peones tienden a compartir espacios reducidos, pero parece que estos grupos se estaban congregando sin el conocimiento del gobierno. Estos grupos, muchos de ellos pobres o que viven en la pobreza, parecían haberse escabullido cuando el gobierno decidió centrarse en las personas y comunidades más ricas.
Singapur es conocido por mantener un estricto control sobre sus residentes, así que, si no pueden eliminar el virus, ¿cómo se supone que el resto de nosotros venceremos a COVID-19?
Estos nuevos brotes críticos nos están enseñando mucho sobre la naturaleza de la enfermedad, cómo se propaga y puede evolucionar con el tiempo. Los brotes recientes también nos muestran los límites del control autoritario y el rastreo de contactos. Vencer al virus una vez no significa que no volverá a suceder. Con suerte, todos podemos aprender de estos países a medida que comenzamos a reabrir.