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Las 25 cosas que más inspiran de la enfermería

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Sean Locke | StocksySean Locke | Stocksy

Para una enfermera la inspiración es tan importante como la respiración, necesitamos oxígeno para nuestras almas. De la misma manera que comprobamos la respiración de nuestros pacientes, es fundamental que comprobemos nuestro propio pulso emocional. Necesitamos sentir inspiración. Es un componente esencial en nuestra carrera de enfermería.

Para poder seguir tirando turno tras turno, necesitamos que nos recuerden de vez en cuando esos momentos especiales (todos tenemos algunos en nuestra carrera) en los que nos hemos parado y hemos pensado: por eso lo hago.

¿Qué cosas mantienen respirando a una enfermera? El orden de esta lista es completamente aleatorio, no están por orden de importancia. Sin embargo, ¡todas nos proporcionan oxígeno para nuestras almas!

  • Pasión: recopilación de todo aquello que nos llevó hasta la enfermería en primer lugar. Nuestra iniciativa para seguir aprendiendo, participar en el comité de nuestro lugar de trabajo, presentarnos como voluntarios en eventos relacionados con la salud y estar fervientemente comprometidos a cuidar bien del paciente. ¡Es contagioso!
  • Respeto: por nuestra profesión. Por la vida humana. En nombre de la dignidad asumimos grandes responsabilidades.
  • Humor: ¡es un hecho conocido que la risa es una gran medicina para nuestros pacientes y para nosotros! ¡Un compañero alardeó en cierta ocasión de haberse comido de pie la cena de Acción de Gracias entera en seis minutos durante un ajetreado turno de Urgencias! Y también hay ciertas cosas que nos parecen cómicas (incluso desternillantes) que solo otra enfermera es capaz de entender.
  • Gratitud: esta actitud por nuestra parte que nos hace reconocer que si no fuera por nuestra buena salud e inteligencia, seríamos incapaces de servir a aquellos que están a nuestro cuidado. También estamos agradecidos por los pacientes que aprecian nuestro tiempo y paciencia… por nuestras familias que a menudo nos echan de menos a la hora de cenar, especialmente en los días festivos.
  • El trabajo en equipo: como enfermeras nos necesitamos unas a otras, depender de unas de otras y respaldarnos mutuamente. Lo sé, lo sé… las enfermeras tenemos fama históricamente de comernos a nuestros retoños…pero el trabajo en equipo es y siempre será lo que nos da energía y ánimo. ¡Por no mencionar todos los tentempiés y platos que traemos para compartir!
  • Médicos: por mucho que nos quejemos de ellos o nos intimiden, su confianza en nosotros nos hace prosperar. También ayuda cuando son carismáticos y atractivos, ¿no es así? Sed sinceras.
  • Enseñar: el viejo dicho “observarlo, practicarlo, enseñarlo” es completamente válido. Enseñar a una nueva enfermera, estudiante o empleado es una gran oportunidad para mantener tus habilidades en plena forma y no olvidar lo básico. Es la base de un excelente cuidado de enfermería.
  • Uniformes nuevos: ¿hay una ropa que sea mejor para trabajar?
  • Confianza: competencia tanto en conocimiento como en habilidades, junto con el entusiasmo, ¡es por lo que nuestros pacientes confían en nosotros!
  • Conocimiento: una enfermera normalmente conoce la situación personal de su paciente y el estilo de vida que ha llevado. Esta información privilegiada nos hace tener compasión, evitando juzgar.
  • Coraje: haremos todo lo necesario para cumplir con nuestro deber. Una enfermera veterana pedirá ayuda arriesgándose a que la cuestionen. Una enfermera principiante llamará al médico conocido por su rudeza porque es lo mejor para el paciente. Es apechugar con todo cuando es necesario. Si tú no lo haces, ¿quién lo hará?
  • Alegría: ¡te han aceptado en la escuela de enfermería! ¡Has pasado todos los exámenes! Sin olvidar el primer trabajo que conseguiste. Esto es alegría…pura y simple.
  • Nuevos zapatos: todas las enfermeras entienden la importancia de unos buenos zapatos. ¡Hay zapatos de todos los colores y estilos para mantenernos corriendo durante todo el día (o noche)! Por supuesto, ¡las pedicuras y los masajes en los pies no tienen precio!
  • Intuición: desarrollada con el tiempo gracias a nuestra capacidad de observación y de evaluación, ¡realmente puede salvar la vida de un paciente! Cuando algo no va bien, no siempre puedes poner tu dedo o medirlo con tecnología… simplemente lo sabes. Y a menudo ¡tienes razón! No es sorprendente porque al fin y al cabo eres enfermera.
  • Apoyo: cuando el paciente no puede encontrar su voz o simplemente no entiende, es la enfermera la que habla por él. También son situaciones en las que nos lo jugamos todo para garantizar la seguridad y los derechos de nuestros pacientes.
  • Complejidad: considera la sensación de “¡lo he pillado! cuando aprendes a leer un ECG o los rayos X o has entendido el significado de los valores de una gasometría arterial. Por no mencionar el HCE y la última bomba de infusión.
  • Resultados positivos: ser responsable en parte del estado de un paciente es algo más que darle la medicina correcta en el momento adecuado. Es proporcionar aprendizaje continuo y reconocer cuando carecemos de conocimiento y necesitamos la ayuda de otras especialidades para ofrecer un buen cuidado.
  • Aprender una nueva habilidad: participar en un taller reactiva la confianza. ¡También obtener el certificado de tu especialidad o, quizá, conseguir un nuevo trabajo!
  • Creatividad: ¡las enfermeras son innovadoras! Tenemos curiosidad. Hacemos preguntas y buscamos las respuestas.
  • Gracia: los errores, lo que casi se nos escapa, el correr para completar las tareas cuando el censo y la gravedad son elevados. Falta personal y estás abrumada. Estás trabajando horas extras. Vale, te haces una idea. Si a pesar de todo esto no se produce ninguna circunstancia adversa, eso es gracia.
  • Cuidado y consuelo: conducen tu vehículo hasta el trabajo cada día. Utilizando tu experiencia en habilidades de enfermería y comunicación, ya sea para aliviar el dolor, dar cuidados de calidad o educar pacientemente, sabes que al final del día has hecho todo lo que has podido. Algunas veces simplemente escuchas, pero siempre lo haces todo lo mejor posible.
  • Absurdidad: ¡Sí, absurdidad! ¡Esos momentos en los que sacudes la cabeza porque no puedes creer lo que estás viendo o escuchando! Solo una enfermera puede decir, “¡no puedes inventarte eso!”
  • Necesidad: nuestros pacientes nos necesitan. Nuestras compañeras nos necesitan. Siempre estamos ahí. Nada más que decir.
  • Pacientes: las íntimas relaciones que establecemos con la gente que al principio eran meros extraños son profundas. ¿Qué otra profesión es tan personal? Conocemos sus historias, sus miedos y sus historiales médicos. Estamos obligadas a mantener la confidencialidad. Les vemos expuestos tanto emocional como físicamente. Aprendemos empatía. Es un privilegio que no puede tomarse a la ligera. Es una lección de humildad presenciar su coraje y fuerza ante la enfermedad y la pérdida.
  • Amor: el corazón de una enfermera es único. Las células de memoria guardan infinidad de momentos de ternura y angustia, triunfo y recuperación, tragedia y lágrimas. Es la razón por la que ahora estás leyendo esto. Porque sabes que la enfermería es más que un trabajo, es un acto de amor.
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