El día no es lo suficientemente largo para hacerlo todo, ¿verdad? o ¿quizá sí?
Si ya estás estresada antes de llegar al trabajo o si vas corriendo durante todo tu turno a un ritmo frenético y aún así tienes la sensación de no haber hecho todo lo que se suponía que debías hacer — y consecuentemente no le has prestado toda la atención que hubieras querido a tus pacientes — quizá necesites algunos atajos para hacer tus días más productivos y menos agitados.
1. Prepárate para ir a trabajar con tiempo, no importa lo cansada u ocupada que estés. Prepara tu comida, asegúrate de que tu uniforme o la ropa que vayas a llevar esté a punto, prepara la cafetera (utiliza el temporizador si tiene uno) y llena el depósito de gasolina. Si vas a ducharte antes de irte, deja todo lo que necesitas preparado en el baño. Si haces que todo el proceso de preparación para ir al trabajo sea más fácil, estarás menos estresada cuando llegues y te centrarás en el trabajo más rápidamente.
Siguiente: Haz una lista de “tareas a realizar” →