Un estudio reciente publicado en el New England Journal of Medicine sugiere que algunos tipos de sangre pueden estar más capacitados para defenderse del nuevo coronavirus que otros. Los nuevos virus tienen un historial de reacción diferente a varios tipos de sangre. Los pacientes con sangre tipo O podrían tener anticuerpos en sus sistemas que reducen el riesgo de enfermedades graves. Los investigadores están estudiando de cerca esta tendencia, y si esta teoría resulta ser correcta, podría ser importante para nuestra respuesta a la pandemia actual.
Cómo reaccionan al virus los diferentes tipos de sangre
Los investigadores examinaron a 1.610 pacientes con insuficiencia respiratoria “grave” que habían dado positivo por COVID-19. De estos participantes, aquellos con sangre tipo O parecían ser menos susceptibles a los efectos de COVID-19 que quienes tenían tipos de sangre sin O. Además, los grupos sanguíneos tipo A resultaron ser los más vulnerables a la enfermedad. El estudio también encontró que la presencia de seis genes específicos también puede ayudar a las personas a recuperarse del virus.
Cada tipo de sangre viene con un grupo diferente de anticuerpos. Los tipos de sangre tipo O tienen anticuerpos A y B en su plasma, lo que puede ayudar al cuerpo a combatir infecciones. Esto también puede provocar que los pacientes eviten algunos de los efectos secundarios graves de COVID-19, incluidos coágulos de sangre, derrames cerebrales y tromboembolismo. Según los investigadores, múltiples estudios han confirmado que los grupos tipo O son menos susceptibles a estas afecciones sanguíneas, pero no está claro si ayudará a estos pacientes a combatir el coronavirus.
Los investigadores dicen que los resultados podrían cambiar el juego, pero aún queda mucho trabajo por hacer. El estudio fue limitado en tamaño y alcance, y aún no se ha revisado por otros especialistas, por lo que instan a los funcionarios de salud a tomar esta información con calma. Las personas con sangre tipo O no deben suponer que son inmunes al virus, pero los resultados podrían cambiar nuestra comprensión de esta enfermedad mortal.
Comprender la historia de los coronavirus
Esta no es la primera vez que los investigadores muestran una correlación entre los resultados del paciente y los diferentes tipos de sangre. El estudio mencionado anteriormente parece corroborar estudios similares sobre nuevos coronavirus, incluido uno realizado en Wuhan, China al comienzo de la pandemia en diciembre de 2019.
Durante el estudio en China, los investigadores eliminaron otras características que pueden predecir los resultados del paciente, incluida la edad, el sexo y el historial de enfermedades crónicas, por lo que solo dependen del tipo de sangre de la persona. Descubrieron que los grupos tipo O parecían menos susceptibles al nuevo coronavirus.
Lo mismo ocurrió con el coronavirus original del SARS, SARS-CoV-1, que condujo a un brote mortal en 2003. En ese momento, un estudio de pacientes con el virus descubrió que aquellos con tipo O tenían menos probabilidades de morir por el enfermedad.
Sin embargo, estudios más recientes, incluidos uno del Hospital General de Massachusetts y el otro del Hospital Presbiteriano de Columbia en Nueva York, muestran una correlación menor entre el tipo de sangre y la gravedad del nuevo coronavirus. Por ahora, parece que la comunidad médica està cercada.
¿Qué significa esto para el futuro?
En base a esta tendencia, los investigadores creen que es probable que haya una conexión entre el tipo de sangre de una persona y su susceptibilidad al COVID-19, pero aún no están listos para hacer predicciones radicales. El estudio no sugiere que los grupos sanguíneos de tipo O sean inmunes al virus, pero podrían tener una mejor oportunidad de evitar la UCI.
Si el estudio es revisado por expertos y aceptado dentro de la comunidad médica, los científicos podrían usar esta información para clasificar a los pacientes de alto riesgo durante el proceso de tratamiento. Los pacientes pueden ser alojados o puestos en cuarentena juntos según su tipo de sangre. Esto también podría afectar el proceso de vacunación cuando haya uno disponible. Los pacientes de alto riesgo y aquellos con sangre tipo A pueden ser los primeros en recibir una vacuna si estas tendencias demuestran ser ciertas.
Deberíamos saber más sobre este tema en los próximos meses, pero por ahora, es mejor errar con precaución, independientemente de tu tipo de sangre.